jueves, 29 de enero de 2009

El sentimentalismo

"Los economistas acusan de sentimentalistas a quienes infunde un escalofrío de horror la enunciación de sus atroces villanías. Puede que así sea: Yo confieso de buena gana que tengo algunos tintes de sentimentalismo en mi ¡gracias a Dios!- Desde que la Revolución Francesa hizo caer en la mala reputación a esta forma de pensar- y no del todo inmerecidamente debo admitir, verdadero, bueno y bello como fue ese movimiento- siempre ha sido tradición presentar a los sentimentalistas como personas incapaces de pensamiento lógico y poco dispuestos a mirar a las cosas de frente"
De "Amor evolutivo" por Ch. S. Peirce

La primera vez que me las tuve que ver con la filosofia fue cursando el "Preu" en el instituto, fue un combate de un solo asalto por finalización por cao (mío). El primer día de clase, el profesor, del que solo recuerdo su aspecto físico, pelo engrasado y gruesas gafas, pidió un desayuno de cafe con leche y churros, nos dijo que fuéramos leyendo algo del tema, casi una hora más tarde, cerca del final,nos preguntó si teníamos alguna duda. Era un largo tema sobre Kant el que nos ocupaba, de un libro que me pareció árido y tocho, no sabía quien era Kant ni por qué había que estudiarlo y así me quedé porque en los siguientes días cuando ví que las clases no iban a conllevar explicación alguna, solo leer y dar la lección, dejé de asistir. Mi segundo profesor de filosofía era un ex-jesuita, apasionado de Zubiri, en todo el curso no se sentó jamás. Hablaba con calor (advierto ahora la propiedad física del término) de filosofía, nos recomendó un libro de bolsillo para trabajar durante el curso "Cinco lecciones de filosofía" de Zubiri y me convenció para siempre (no precisamente Zubiri, sí la filosofía y la pasión del profesor). Dice Wittgenstein que no es necesario leer a todos los filósofos y todas sus obras, basta con leer algunos fragmentos. Con razón.

Evocando mis "acciones pasadas" como quiere Peirce (o Schopenhauer, el primero que me enseñó que solo de esa forma podemos conocernos y proyectarnos) si me remonto a las primeras huellas sobre las que se empezó a asentar mi amor por la filosofía traigo a la memoria la lectura a escondidas de un primer libro de antropología, probablemente Levi-Strauss o Malinowsky, en todo caso fijé un primer acto de fe, el de que existían unas relaciones funcionales y estructurales entre los individuos y las sociedades que pintaban mucho. Por aquella época, mis quince años quizás, mi padre se afanaba en explicarme los motivos de sus creencias religiosas fundamentándolos en explicaciones racionales, y me daba cuenta profusamente de las vías para la demostración de la existencia de Dios de Santo Tomás de Aquino, mientras paseábamos. Otro tanto hacía con las bases de los comportamientos humanos, sus opiniones siempre iban acompañadas de alguna referencia a causas o razones. Hacía una inferencia que no olvidé, " creo que la sensibilidad está en proporción inversa al roce, luego a mayor roce menor sensibilidad", extrapolando su pasión por las matemáticas al mundo de las relaciones personales. No solo no la olvidé sino que dediqué mi vida a que no se cumpliera, al menos para mi, y con bastante buen resultado. La compra de un libro "La introducción al psicoanálisis" de Jung, en una cálida recomendación de un librero que me veía repasar las estanterías con mis ojos todavía adolescentes. La lectura directa de "La conquista de la felicidad" de Bertrand Russell, de la "Rebelión de las masas" de Ortega, fueron mis primeros motores para el encendido compromiso con la libertad personal.

¿Pero qué es después de todo el sentimentalismo? ... es una doctrina por la que debería tenerse un gran respeto por los juicios del corazón inteligente" dice Peirce.

Otras impresiones de huellas que formaron mis hábitos gracias a energías (otra vez el universo)sentimentales: Thomas Mann me condujo a Schopenhauer, Schopenhauer a Kant, Wittgenstein a James, Lledó a Platón, Jung a Freud y un largo etcétera, de "melodías encadenadas" en la música de las esferas, sintiendo la poderosa atracción que gravita en sus palabras (mecánica newtoniana?). Juicios de corazones inteligentes que penetran los corazones inteligentes de todos. Sí, se lo debo todo al sentimiento, y creo además que fué gracias a esa creencia (o tendencia) que he mirado siempre las cosas de frente. Como ya dije en otra ocasión, el sentimiento y la intuición son lo primero,el origen, no conviene alejarse,requiere tensión en el esfuerzo para seguir creciendo pero es justamente eso lo que forma el hábito. La herencia y la evolución por la adquisición de hábitos que nos satisfacen, esa es la teoría del amor evolutivo de Peirce. Me parece que esdedesear.´

P.D. Para recordar que para Empédocles (435 aC) a quien se considera antecedente del pensamiento científico actual, las fuerzas de Amor y Odio eran la explicación, origen y causa de toda evolución. Del movimiento, del devenir, del conocimiento, de la armonía. ¡Uhmm! Etimología sentimental de las explicaciones físicas.

jueves, 22 de enero de 2009

Lo que el viento se llevó

"La creación del universo, que no tuvo lugar durante una cierta semana atareada en el año 4004 A.C., sino que esta sucediendo hoy y nunca acabará, es este mismo desarrollo de la Razón(...) Bajo esta concepción, el ideal de conducta será ejecutar nuestra pequeña función en la operación de la creación echando una mano para volver el mundo más razonable en cualquier momento; como se dice vulgarmente, "depende de nosotros" hacerlo."
De escritos de Charles Peirce en Collected Papers

El simbolismo de determinados acontecimientos es tan fuerte que por unos instantes me permití regocijarme exultante y así quedó demostrado en la última entrada de este blog, pero la economía y la climatología con sus determinaciones nos devuelven una realidad en la que la euforia es ya "lo que el viento se llevó" y ahora solo cabe regresar a la tarea y el empeño.

He oído decir a los analistas que Obama no tiene ideología concreta, mejor dicho que su ideología es el Pragmatismo. Es fácil comprobar que en épocas de vacas flacas el pragmatismo es esencial así que voy a provechar esta ocasión para matar dos pájaros de un tiro: dar un repaso a algún presupuesto básico del Pragmatismo y al tiempo retomar el anterior tema de "conducirnos razonablemente". Y lo haré trayendo a nuestra conversación al que se suele reconocer como el fundador del Pragmatismo (así lo hace William James) Charles Sanders Peirce (1839-1914), recordando dos de sus ideas:
1. Que la Razón es tal que su propio ser nunca puede ser completamente perfeccionado. Debe estar siempre en un estado de incipiencia, de crecimiento.
2 Que el único objeto deseable que es bastante satisfactorio en sí mismo sin ninguna razón ulterior para desearlo, es lo razonable en si mismo.

Es decir, que la razón no es algo dado de una vez por todas sino que evoluciona, crece dentro de nosotros y en el Universo, y que el objeto de deseo más satisfactorio, el "summun bonum" tiene que ver siempre con hacer lo razonable. El Pragmatismo de Peirce es una forma de concebir el sentido de nuestras vidas, muy sencillo, el de ser unas vidas razonables, pero sobre la base de algo apenas intuído y es que solo nos cabe orientar nuestras acciones futuras, ya que no podemos hacerlo con las pasadas y quizás tampoco con las presentes, con una condición: el desarrollo de hábitos que nos ayuden y la comprensión de que para llegar a acertar es imprescindible reconocer el error.

Me gusta Peirce porque habla de razonabilidad, en vez de acudir a la racionalidad, más cercano a nuestras posibilidades, a nuestros logros. Nos iguala en su persecución, parece asequible. Nos ofrece un concepto de ser humano que no necesita "poseer" la razón (esa posesión que nos divide más que nos une), sino buscarla como un fin, incluso un camino. Aceptamos con facilidad que hay contar con el azar y con las leyes de la naturaleza, pero quizás el error de los últimos tiempos fué desposeer a la formación de hábitos de su posible carácter apasionante, "el espíritu del pionero" abandonado por la sociedad saciada. Hay además una idea de Peirce que me encanta y es la de que en la "formación de hábitos"el motor principal es el amor, que lo unifica todo, el azar y las leyes. El amor es la fórmula. Ya veremos cual, porque esdedesear.

miércoles, 21 de enero de 2009

El feliz discurso de Obama

"En una sociedad confusa estás obligado a devenir autónomo"

Palabras de Gianni Vattimo en "No ser Dios. Una biografía a cuatro manos". Por Paterlini, Emilia, Aliberti, Váttimo.

Quiero escribir esto cuando todavía sigo enardecida por el contenido del discurso de Obama. Me gustó todo, cada una de las palabras. Y me siento afortunada por haber vivido este acontecimiento. Por eso, porque mi estado de ánimo, sin ser eufórico, no permite en este momento la deseada moderación (en arte es difícil decir algo que sea tan bueno como no decir nada, Wittgenstein de nuevo) quizás sea el momento de hacer una "evacuación sentimental" que en otro momento no me permitiría.

Y no voy a decir cosas como "no quiero hacer un análisis político", "no fue políticamente correcto", "podrá complir sus promesas?" en fin, un largo etcétera de mensajes vacíos a los que estamos acostumbrados, cansinos y atorrantes postmodernismos que, "como todo lo demás" se queda siempre en la periferia de cualquier cosa, consiguiendo mediocrizar y achatar su auténtico valor. Al contrario, si he destacar algo de ese gran día, para mi, que fue ayer, es que, a pesar del acontecimiento histórico que suponía, o quizas por eso, era una fiesta de emociones contenidas (el primero Obama). Una celebración que no derivaba de un complejo sino de las convicciones tranquilas, de la autoridad de los principios universales, del hacer y decir lo que hay que hacer y lo que hay que decir. Festejar que alguien lo haya dicho y lo haya hecho, por fin.

Como dice Váttimo, en alusión al ultrahombre de Nietzsche, estamos y estuvimos durante muchos años en una sociedad confusa, donde muchos de nosotros nos hemos sentido obligados a ser autónomos si queríamos mantenernos en un "juego de lenguaje" de una comunidad de valores que tenía poco que ver con lo que se preconizaba como moderno y progresista.

Creímos en cosas que se consideraban rancias si querías introducirlas en cualquier contexto: "el sentido común", los valores del amor, la bondad, el respeto, la responsabilidad, la honradez, la belleza, la ideología, la coherencia, la constancia, la disciplina, el pudor, ... Pero como eran irrenunciables nos fuimos manteniendo de guardia con "su poquito" de amargura y bastante dificultad. Porque aunque no nos gustaba el sistema no dejamos de participar en él, nos divorciamos pero defendimos los valores familiares, fuimos ateos pero respetamos la religión, conservamos las tradiciones al tiempo que acogíamos las nuevas tendencias.

Para todos estos valores no hay medias tintas, son anhelos cuya satisfacción puede ser a medias pero no el intento, no la resolución de llevarlos a cabo. No vale un poco de amor, eso es desamor. Lo que no es bondad se recibe como maldad, lo que no es respeto es falta de respeto, lo que no es bello es feo, lo que no tiene ideología es indiferente y vacío, lo que no es coherente no vale para nada, sin más, lo que es incostante no va a ninguna parte, la falta de disciplina no permite disfrutar, sin pudor somos indefensos, etc. Todo esto junto, llevado a cabo por muchos y convertido en ideología de un sistema en el que "todo vale" no solamente es malo, es desolador. La libertad no tiene otra cara de la moneda, si acaso la de la soledad, pero ésta no dura siempre, algún día como el de ayer te das cuenta de que nunca has estado sola.

Me despido con las mismas palabras que empecé este blog, "Bienvenida a Obama", las de mi primera entrada, y volviendo a leer el poema de Walt Whitman que entonces publiqué: Me celebro y me canto a mi mismo/ y lo que digo ahora de mi, lo digo de ti/porque lo que yo tengo lo tienes tu,/ y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.../

jueves, 15 de enero de 2009

El pueblo judío.

"Tenemos, en el contexto de una ensoñación, cierto derecho a recordar esta inmensa revisión de la historia judía llevada a cabo por Freud, judío el mismo, porque en su marco se desenvuelve una suerte de preludio a lo que más adelante, en Derrida, se describirá por medio del concepto clave de "differance".


De "Derrida, un egipcio". Por Peter Sloterdijk


Supongo que somos muchos los que, buscando una cierta rigurosidad en nuestras aproximaciones (aún en el silencio del pensar)al conflicto entre israelíes y palestinos, acudimos una y otra vez a una cierta labor de hemeroteca tratando de reconstruir los hechos para poner orden en tanta confusión y tratar de extraer alguna conclusiónes. Vano intento. Quizás las causas próximas de la contienda puedan tener alguna explicación para los analistas y los sociólogos. En su momento la película "Munich" contrapunto de la "La lista de Schindler", ambas de Spielberg, me convenció de algunas cosas, pero, aunque quiero mirar a otro lado, que es lo que me apetece hacer siempre con todo lo que me parece irracional, no me da resultado y como no me quedo tranquila siempre acabo tentada por las reconstrucciones lejanas, esas que de una u otra forma te transforman mentalmente.


El párrafo de Sloterdijk va en ese sentido y cuando leí el conjunto de la obra "Derrida, un egipcio" ya me fascinó y convocó para esa indagación. Freud llevó a cabo una revisión (histórica y psicológica, como no podía ser menos)de la historia del pueblo de Israel en su obra tardía "Moisés y la religión monoteista" que me propongo releer porque se situa exactamente en la prehistoria del pueblo judío, en sus inicios, "el Egipto cuna de todo hombre", luego deformada por las diferentes tendencias. "Habría que buscar sus orígenes en el hecho de que Moisés "quería conducir a los judíos al extranjero", como decía Freud, y les impuso con la circuncisión, una práctica que en cierta medida los convertía en egipcios. Con sus análisis de los acosos, Derrida formaliza la idea desarrollada por Freud, de que no se puede ser judío sin encarnar en cierto modo el Egipto, o un espectro del Egipto" Esto dice en otro momento Sloterdijk, quien deduce de las reflexiones de Freud que en la identidad judía el efecto del Éxodo fué irreversible, porque habría dado a los judíos la forma de "un pueblo heteroegipcio que en ninguna circunstancia habría podido regresar a una especificidad anterior aunque lo hubiese querido..." Es decir, la de emigrados judios, que es la que tenían en Egipto.


Ajena como soy a un análisis, más acertado y veraz, y de la pretensión de encontrar relaciones causales a los hechos, en la mediocridad que mis reflexiones sobre el tema puedan conllevar, siempre persisto en una idea, la de que, al menos en esta pequeña parte de la historia que nos toca vivir, los judíos no parece que puedan alcanzar otra condición que la de emigrados. ¿Emigrados egipcios?.

Este versículo de Kol Nidrei, rezo de la comunidad judía y esta maravillosa interpretación de la obra de Bruch con el mismo título, pueden ser buena compañía en esta bonita aventura.

"Y será perdonada toda la congregación de los hijos de Israel, y el extranjero que vive en medio de ellos, viendo que todo el pueblo estaba en la ignorancia."



domingo, 11 de enero de 2009

Un Profeta


"La enseñanza de la filosofía tiene la misma enorme dificultad que tendría la enseñanza de la geografía si el estudiante trae consigo multitud de falsas y demasiado simplificadas nociones sobre el curso y situación de los ríos, montañas. Los hombres están profundamente envueltos en confusiones filosóficas, esto es, gramaticales."

De Filosofía (Big Typescript 1932), por Ludwig Wittgenstein

De antemano quiero reconocer que hablar de Wittgenstein me produce una mezcla de pudor, respeto y desasosiego rayano en la culpa. Casi un temor infantil. No es extraño, Wittgenstein se mueve en los límites de la trascendencia, desafiándolos en su empeño mismo de fijarlos. Ese espacio de los fundamentos al que los demás solo nos aproximamos de refilón, tarde, mal y arrastro. Por eso su Tractatus es para mi un nuevo "catecismo", y tiene, en mi madurez, la misma autoridad que en mi infancia religiosa tenía éste último. ¡Ah ja,ja! Otra manifestación más de que nos hallamos inmersos en esos "juegos de lenguaje", que conforman nuestro mundo y lo circunscriben. Mi mundo de consciencia atea no puede salirse ni explicarse superando sus orígenes lingüísticos católicos en sus percepciones inconscientes.

Las fotos que conozco de Wittgenstein difieren poco. Sugieren un aspecto frágil, pelín descuidado e informal aunque elegante y refinado y sin embargo muy distinta es la imagen que su nombre me evoca (esos significados detrás de las "figuras" que también él me enseñó a reconocer e identificar, como lo hizo Freud, además de teórica, prácticamente gracias al psicoanálisis). Algo parecido debía ocurrirle a Oets Kolk Bowsma, estudioso de Wittgenstein, cuya obra trabajó intensamente y a quien conoció personalmente ( de su relación da cuenta en "Ultimas conversaciones" Ed. Sígueme) Lo describía como un Profeta. "Witgenstein era lo más cercano a un profeta que yo haya visto jamás; un hombre semejante a una torre, que se alza prominente y sin vínculo alguno, sin apoyarse en nadie, sobre sus propios pies. No teme a ningún otro ser humano. "¡Nada puede hacerme daño!"Pero el resto de los hombres le temen a él. Y ¿por qué?. No se trata en absoluto de que les pueda golpear, o quitales el dinero, o dejarles sin reputación. Lo que temen es su juicio. Y de ese mismo modo le temía yo a Wittgenstein: me sentía responsable ante él. Siempre supe lo valioso que era un paseo o una charla junto a él..." Es cierto, es fácil compartir esa imagen de Wittgenstein. Porque los Profetas que conocimos nos infundían respeto por la grandeza del mensaje que transmitían y por la sencillez y humildad de su personalidad de involuntarios recaderos, comprometidos con el enorme peso de su responsabilidad. Imagen intachable de la persona por mucha decisión que pusiéramos en cuestionar y rebatir el contenido del mensaje.

Como ocurre siempre con lo que nos enseñan los sabios, de la profundidad de su obra podemos extraer las conclusiones más sencillas y por cierto las más fructíferas. Wittgenstein me ayudó a comprender, entre mil cosas, que vale más la descripción que la explicación. "Aquí solo se puede describir y decir: así es la vida humana... La explicación, si se la compara con la impresión que nos produce la descripción, es demasiado precaria." Y en ese intento estoy, porque esdedesear.

jueves, 8 de enero de 2009

La redecilla de Wittgenstein

Lo inexpresable, ciertamente existe. Se muestra, es lo místico.
Tractatus 6.522, por Wittgenstein

Tengo pendiente seguir todavía hablando un poco o un mucho, quien sabe, sobre conducirnos "razonablemente" si es que merece la pena que por nuestras venas continue un flujo impregnado de humanismo. Pero ahora, quizás porque mis vacaciones navideñas aún no han terminado quiero hablar un poco de sentimientos y de intuiciones. Esas instancias cognoscitivas que Wittgenstein situaba en un espacio postrero al proceso lógico, y un producto terminal de la misma lógica. Esto mismo que acabo de decir fue un re-descubrimiento que hice gracias a él, como tantos y tan poderosos. Y digo redescubrimiento porque la propia expresión se me presentó como una tautología, la del sentimiento y la intuición sentidos e intuidos (eso sí, alcanzando su auténtica significación después de un proceso lógico de años). Guauu.. quiero hablar del Wittgenstein místico, y me hice "perdidiza" como diría San Juan de la Cruz.

Como sabeis, Wittgenstein es uno de los dos filósofos con Heidegger que más influencia han tenido en el pensamiento filosófico occidental contemporaneo y como no podía ser menos uno de los más importantes para mi. De él, como dicen del cerdo (y brindo la metáfora por si hay alguien que no le guste, así ya le queda hecha), me gusta todo. Desde el anecdotario de su propia vida personal que incluye nacimiento de cuna y renuncia a la herencia de su gran fortuna, su opción de vivir en una cabaña en los fiordos noruegos, sus idas y venidas vocacionales de doctorando brillante en Cambridge a maestro de escuela rural en Austria y "vuelta la burra al trigo", su alistamiento voluntario en la guerra o su negación a ser tratado de un cancer terminal, hasta el de su vida intelectual con su rechazo del "intelectualismo" de los intelectuales, de publicar nada , de impartir conferencia alguna. Como él, soy fiel devota y seguidora de Schopenhauer, de James y de Tolstoi, y, por imitarle le he copiado hasta la bolsa de redecilla en la que llevaba a sus habitaciones de Cambridge la cesta de la compra, desbordándose por los agujeros las lechugas y los apios.

Quiero seguir hablando aún un poco más de Wittgenstein, pero hoy recuerdo solo una cosa más. Para Wittgenstein más importante que la filosofía, sobre todo de la profesional, era el talante moral: la coherencia, la rectitud de ánimo , el orden y el dominio de las experiencias. El espacio de lo ético y de lo estético, el terreno místico de la posible felicidad. Esdedesear



martes, 6 de enero de 2009

Solo el engaño tiene futuro.

Y a menos que neguemos realidad a un amor o a una locura, debemos concluir que el conocimiento de vastos territorios de la realidad está reservado al arte y solamente a él”,
De "El escritor y sus fantasmas", por Ernesto Sábato.

Cuando escribo esto es día de Reyes todavía. Probablemente el único día en que una amplísima población en maravillosa complicidad se entrega voluntaria e ilusionada al rescate de una ensoñación, de las pocas que quedan incólumes al paso del tiempo, resistiéndose a modas y tendencias, la de que unos hombres bondadosos, que todo lo ven, dispuestos a perdonar las faltas y valorar los aciertos, lleguen desde un país oriental, majestuosamente ataviados y en camellos, para obsequiarnos con unos presentes. Y asi de generación en generación, continuamos alimentando el mágico pensamiento, el sueño del que no quisiéramos haber despertado.

Con ocasión de su discurso de ingreso en la Real Academia Galega, Álvaro Cunqueiro escribió una páginas bellísimas sobre "os tesouros novos e vellos" que hunden sus raíces en las más recónditas profundidades de nuestra imaginación. Prologando la edición de esas páginas, Rof Carballo, nos remite a unos "consellos pra atopar tesouros" que hoy quiero compartir con vosotros que, como yo, le hemos pedido un día lejano a los Reyes Magos, y nos lo han traído, el maravilloso regalo de la lectura. Yasí nos dice Rof Carballo: "mais a condición suprema pra atopar tesouros é poñer atención nas misteriosas e minúsculas trusgadas que nos fan as cousas. Imos pola vida e as cousas fannos arreo acenos, trusgadas, enviánnos mensaxes. Acorchados polos nosos hábitos, polas nosas teimas, seguimos adiante sin repara neles. Pode ser un zapato desatado, unha flor que se delonga, un paxariño que de súpeto, ceiba o seu canto único, endexamáis ouvido. Ese trusgar, eses guiños das cousas percíbenos os poetas. Abonda con que os perciban duas ou tres veces na vida, eso sí con intensidade absoluta, total, plena, pra que toda a sua obra se ilumine. As trusgadas da realidade son as grandes fecundadoras da obra de arte. O tesouro, a realidade maravillosa, eso que algún suprarrealistas chamaron a trans-realidade, ou seña o ouro enterrado que existe no mundo, ponse de súpeto a rebrillar. Un día, como en Proust sucedéu co recendo dun estripo en flor ou co sabor dunha madalena humedecida no té; outras veces foi o canto dun paxaro, a contempración dunha amendoeira en flor ou a sensación de se recostar sobor dunha vella oliveira española ou italiana o que producíu, como en Rilke, unha Erlebnis ou seña a vivencia de algo transubxetivo, que borra as nosas fronteiras co mundo, que nos equilibra con el, coma unha balanza, que nos dá a armonía total en lugar da loita por coñecer, en vez da fame de dominio, esa lepra que mirra ao home"..."

A través de la mirada de E. Blyton en uno de los primeros libros que me trajeron los Reyes, "Aventura en la isla", vi con los ojos de la imaginación, por primera vez, un paisaje de rocas y olas batiendo desatadas y furiosas, sonidos de pájaros revoloteando, rumor de espumas, misterio y embrujo deshabitado. Una mirada de huella profunda con la que sigo redescubriendo el tesoro marino cada día, a través de ojos que, aún siendo ahora fisicamente los míos, solo pueden ser, irremediablemente, los de aquella primera visión. Anterior a la necesidad de saber, a toda pedagogía, tenía ya todo lo que iba a hacer falta para ser feliz. Es el valor de los tesoros. Ser tesoros. Porque como dice Cioran, "solo el engaño tiene futuro".

Hoy es el día más fertil de la ilusión y por lo tanto el día más lúcido. Me despido con las palabras de Rof Carballo otra vez, felicitando a todos los que ven en el arte su tesoro. "Todo home garda, no máis profundo, a nostalxia desa capacidade máxica que estivo a punto de ter, antes de que quedase afogado na podente máquina trituradora, debaixo dos dispositivos destruídores da poesía do universo. Hai uns momentos miríficos na vida de cada quen, nos que semella como si se rasgara o muro que pacientemente fomos construíndo pra nos ocultar a nós mesmos o maravilloso. Chaman os homes a ese momento: namoro ou ilusión amorosa." Esdedesear