lunes, 30 de marzo de 2009

Vacío y Compromiso.

Canso la vida y siempre espero un día
de fingido placer; huyen los años
y nacen de ellos mil sabrosos daños
que esfuerzan el error de mi porfía

Son, por do salir pienso a mi alegría,
tan inciertos los pasos, tan extraños,
que rematan el curso en mis engaños,
y de ellos vuelvo a comenzar la vía.

Descubro en el principio otra esperanza,
sino mayor, igual a la pasada,
y en el mismo deseo persevero;
mas torno sin cesar a la mudanza
de la suerte, en mi daño conjurada,

y esperando el fin cierto, desespero.

Poema de Fernando de Herrera

Yo había ido a ver "una" de Robert Redford cuando se estrenó "Memorias de África" , obra maestra del cine del que cabría seguir hablando horas, y entonces conocí a Isak Christencen Dinesen, autora de la novela en la que se basa y personaje de la película cuya compleja personalidad desbancó, en adelante en mis recuerdos, el papel preponderante que le había concedido de antemano a su partenaire. Enseguida, sobre la marcha, como la locomotora que penetra África, como la misma luz de Kenia, se fue iluminando aquel modelo de insatisfacción oculta bajo aquella bellísima apariencia. Tras su elegancia, su gusto refinado, sus gestos serenos, sus calculadas demandas, su porcelana de Limoges, su adorada cristalería, su ferrea disciplina y su fuerte ánimo, se escondía una débil y equivocada mujer.

porque el amor nunca saca a nadie de sí mismo. (Lacan)

Con la misma frialdad en sus palabras que el gélido paisaje danés que la rodea en la jornada de caza, negocia con el varón Bror Blixen-Finecke, -el hermano de mi amante-, la salida a la angustia que le producen los devaneos mujeriegos de Hans, lo hace ofreciéndole un matrimonio a cambio del dinero de su madre,-¿no estás siendo demasiado romántica?- pero la angustia regresa cuando comprueba que - has comprado un título, no me has comprado a mi-. la frustración se repite en forma de desamor.

Enamora a Denys Finch Hatton, contando un sencillo relato al calor de la chimenea, mientras disfrutan una copa de brandy, y todos conocemos la intensa y maravillosa historia de amor que se desarrolla entre ellos, pero la angustia regresa, esta vez en forma de demanda de "compromiso", porque a Denys no lo puede comprar, -Denys no le da importancia a nada- Lo tiene a él- yo siempre regreso-tiene su amor, como tiene todo lo demás que merece la pena, el coraje, la decisión, la belleza, la armonía, pero no lo sabe, amordazada por el vacío que la atenaza, incapaz de superar los atavismos, reclama en su demanda lo mismo que la excluye de la autenticidad de su deseo.- me gustaría que me lo pidieras alguna vez (el matrimonio) aunque yo te dijera que no- El compromiso lo quiere en forma de sonidos, de signos, no le llega con el gozo de su historia de amor, no puede reconocerse en ella, solo lo conseguirá con su muerte. Privada de él, en la melancolía de su pérdida, Isak Dinesen se reencuentra y nuevamente con su relato enamora. Esta vez sí para siempre, escribiendo, como Denys le pidió.
http://www.youtube.com/watch?v=FtYvhKpoJkA

P.D. Mi homenaje a Sidney Pollack por tan bella e inteligente película, a John Barry por tan extraordinaria banda sonora, a Robert Redford, Mereel Streep y Klaus Maria Brandauer, por tantas y tan maravillosas interpretaciones. Esdedesear.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Velle non discitur

"El intelecto no puede hacer más que dilucidar en lo posible la naturaleza de los motivos, pero no puede determinar a la voluntad misma, pues hasta ella no puede llegar, es más: no puede comprenderla."

"Todo lo que los motivos pueden es variar la dirección de su esfuerzo, es decir, hacer que lo que la voluntad invariablemente persigue, lo busque por otro camino que lo había buscado hasta entonces. De modo que la enseñanza, el conocimiento perfeccionado, es decir, el influjo exterior, podrá mostrar a la voluntad que se equivocó en los medios y podrá hacer que el fin que se propone con arreglo a su íntima esencia lo busque por otra vía y hasta en un objeto diferente. Pero nunca podrá hacer que la voluntad quiera otra cosa que la que ha querido siempre...
De "El mundo como voluntad y representación". Por Arthur Schopenhauer.

En estos tiempos lo profesional, lo laboral, está, a mi juicio, sobredimensionado en lo afectivo, de forma que los seres humanos deseamos desarrollar nuestra "humanidad", nuestra esencia, lo que coloquialmente llamamos realizarnos, fundamentalmente en ese terreno. Es de risa, habida cuenta de que el "trabajo" es la consecuencia de un castigo... a lo mejor por eso. A todos nos pasa, en cierta medida. Las últimas reivindicaciones de las mujeres manifiestan una gran frustración en ese sentido, la igualdad pasa sobretodo por la igualdad en lo laboral, espero que eso no suponga el abandono de la lucha en el espacio íntimo, ya que este espacio, por oculto, escapa a los medios de comunicación, al atractivo mundo de la imagen.


Digo esto porque, al hilo de lo que hablábamos el otro día y reflexionando sobre mis modelos de mujer, que llamo modelos por la corriente de simpatía que ha permanecido hacia ellas en mi corazón a lo largo del tiempo (el principio de placer está en la base de nuestras identificaciones, ya sabemos), me he dado cuenta de que ninguna de ellas es "una profesional" en ese sentido. Tampoco son heroínas, mujeres fatales, o adorablemente superficiales, lo cual me preocupa seriamente ¿seré terriblemente aburrida? Tienen las tres mujeres de las que os voy a hablar varias cosas en común. A grandes rasgos diría que se parecen en fortaleza y decisión. Tienen de común también un "Otro", hombre, mundo... Y las tres pertenecen a la "vida literaria" que diría Gómez Pin. En fin, como buenos modelos son también ideales; la cruda realidad, como en la sección de "El programa de Berto" ( domingo noche en la Sexta) es otra cosa.


Una vez superada la inclinación hacia las mártires tipo María Goretti, muy habitual entre las niñas de mis tiempos, la más antigua en mi recuerdo, hacia mis veinte años, es la protagonista de "La Madre" de Maximo Gorki, mujer de gran fortaleza física y psicológica, voluntad y anhelo de lo bello y lo humano dentro de la más absoluta pobreza y miseria del último peldaño de la escala social. Todos los ingredientes de la protagonista de una novela realista y social, que se juzga panfletaria pero que me sigue encantando. No es tanto una "madre", como una conversa:

Fragmento de "La Madre" de Gorki.
Mi querido Andriusha-empezó a decir como si le hubiera abierto el corazón y brotaran de él, jugueteando, las palabras llenas de alegría-. Estuve reflexionando sobre mi vida. ¡Señor mío Jesucristo!Pero ¿para qué he vivido? Palizas..., trabajo...No he visto nada, salvo a mi marido, no he conocido nada salvo el miedo. Y cuando Pasha iba creciendo, no sé si me he dado cuenta de su presencia y le he querido mientras vivía mi marido. No lo sé. Todas mis preocupaciones, todos mis pensamientos se reducían a una cosa: preparar una buena comida para la fiera, que quedara satisfecho, darle sus caprichos, contentarle a tiempo para que no se pusiera sombrío, no me asustara con sus golpes, se apiadara de mí al menos una vez. No recuerdo que me tuviera lástima nunca. Me pegaba no como si pegara a su mujer sino a todos los que odiaba. De esa manera he vivido veinte años y lo que pasó antes de mi matrimonio no lo recuerdo. Lo recuerdo y, como si estuviera ciega, no veo nada. (...)-Cuando murió mi marido, me agarré a mi hijo, pero él se encaminó hacia estos trabajos. Entonces me sentí mal y me dio lástima de él....Si se pierde ¿como voy a vivir? Cuando pensaba en su porvenir, cuánto miedo, cuánta preocupación experimenté y cómo se me desgarraba el corazón- guardó silencio y, moviendo la cabeza, prosiguió en voz baja de modo significativo-: Nuestro amor, el amor de las mujeres, es impuro... Amamos lo que necesitamos. Sin embargo, me fijo en usted y veo que sufre porque le falta su madre; ¿para qué la necesita? Los demás sufren por el pueblo, van a la cárcel y a Siberia, mueren...Las mozas caminan solas de noche por el barro, por la nieve, bajo la lluvia, caminan siete verstas desde la ciudad hasta nuestra casa.¿Quién las obliga, quien las empuja? Ellas aman y aman con un amor limpio. ¡Tienen fe, Andriusha. Yo no sé amar así. Yo amo lo mío, lo cercano. Velle non discitur (no se aprende a querer). Séneca. Continuará, esdedesear.

lunes, 23 de marzo de 2009

Modelos y modelos.

"Pero fuera del tiempo, sólo existe la voluntad, la cosa en sí, de Kant, y su objetivación adecuada, la Idea, de Platón. De aquí que el suicidio no nos salve; lo que cada uno quiere en el fondo de su ser es lo que debe ser, y lo que cada uno es, es precisamente, lo que quiere ser"
De " El mundo como voluntad y representación "por Arthur Schopenhauer.


Hace años una amiga me contaba que su psicoanalista le había preguntado en una sesión determinada cual sería su modelo de mujer. Ella, que tenía una apariencia abosolutamente virginal, de portal de Belen total, desprovista asímismo de los rasgos "ad hoc", contestó, con gran sorpresa por su parte, lo primero que le vino a la cabeza, como se le pedía: Mata Hari. Fue para ella un feliz descubrimiento que le sirvió en su futuro desarrollo personal.

Tomemos en consideración la definición de "modelo" en su aspecto científico aunque sea prestado para el discurso coloquial. (separación ciencias naturales/humanas en la que no creo pero tampoco quiero ponerme "espesa" porque no es el motivo de este blog, ni mucho menos). Se denomina modelo (científico) al resultado del proceso de generar una representación abstracta, conceptual, gráfica o visual... Efectivamente, esta misma definición sirve para esos modelos que consciente o inconscientemente y desde luego sin saberlo "motivan"nuestra conducta ya sea por identificación o por negación, que para el caso es lo mismo, de una u otra forma nos dirigen....a fin de analizar, describir, explicar, simular, en general, explorar, controlar y predecir esos fenómenos o procesos. Que el científico copie (quien toma prestado el término? ya que no existe la ciencia infusa) el "modelo" a utilizar en ciencia del propio funcionamiento de los procesos psíquicos elementales e involuntarios, no hace menos "modelo" al "modelo" de andar por casa que es nuestra imaginación.

Pues bien, otra forma de atrapar esa voluntad que se nos escurre entre las ideas, ese "Este eres tu" del que hablaban los Vedas, el "conócete a ti mismo" del Oráculo, para la posible realización de la vocación, la aletheia, de Schopenhauer y Ortega, para la salvación de que todos nos hablan, y que, como os conté, entiendo en el sentido foucaultiano del que hablaba en las primeras entradas de este blog, es contrastarnos con los "modelos" que tenemos en la mente. Son fantasías, pero son nuestras fantasías. No podemos obviarlas, no debemos hacerlo, porque "Trat twan asi", este eres tu, es nuestra potencia de obrar como nos dice Spinoza, el alma se esfuerza en imaginar las cosas que aumentan o favorecen la potencia de obrar del cuerpo. He estado haciéndolo estos días al acordarme de la anécdota del principio y también yo pensé en los modelos de mujer de mi imaginación que os contaré en la próxima entrada. Id pensando en los vuestros. Esdedesear.

viernes, 20 de marzo de 2009

Libros como espejos.

"La vida de cada individuo es siempre un espectáculo trágico, pero vista en sus detalles se convierte en un sainete, pues las vicisitudes y tormentos diarios, las molestias incesantes, los deseos y temores de la semana, las contrariedades de cada hora, son verdaderos pasos de comedia. Pero lo que constituye una verdadera tragedia son las decepciones, las ilusiones que la suerte pisotea cruelmente, nuestros errores y el dolor creciente, cuyo desenlace es la muerte."
De "El mundo como voluntad y representación." Por Arthur Schopenhauer.

Todos sabemos que el legado que debemos a Schopenhauer, su búsqueda de objetividad de criterio, parten de su propio carácter atormentado, arrogante, provocador, que le causó no pocas desdichas. Sus hallazgos son sobre todo el producto de un arrepentimiento que valoraba como el más exacto conocimiento de sí mismo por ser la ecuación entre nuestras acciones y nuestra intención real. Solo de una humillación grande pueden salir las palabras que nos ofrece en este fragmento que produjo en mi un tremendo y fructífero impacto cuando lo leí en su momento. Es cierto, la vida no deja de ser un sainete en la perspectiva del tiempo pero al que damos un errado valor de tragedia momento a momento.

Pero voy a hablaros de un "sainete" en concreto. Charlaba ayer con una amiga sobre el asombro que me produce que muchas personas subrayen los libros de los demás. De esta forma, por ejemplo, constantemente encuentras que los libros de las bibliotecas están llenos de subrayados, anotaciones, aclaraciones, etc. Lo mismo ocurre, a veces, con los libros que prestas, que te los devuelven subrayados. Supongo que el que lo hace encuentra una razón para hacerlo pero no acierto a comprenderla. No me llega con pensar solo en que es una falta de respeto. Más bien me inclino a pensar que con absoluta subjetividad cree que lo que "destaca" con su acción es lo verdaderamente digno de subrayarse y que el sujeto que lea nuevamente el libro agradecerá que se haya molestado en hacerlo. Por esa regla de tres, los libros podrían ya venir subrayados por el autor, ya que él sería el más adecuado, pero en fin... hablando de subrayados, me viene a la memoria uno que me tocó en suerte y os lo voy a contar.

Leía yo, precisamente "El amor, las mujeres y la muerte" del mismo autor, libro que tomé prestado en la biblioteca. Un individuo se había propuesto hacer casi un tratado paralelo anotando, subrayando, rodeando con toda clase de signos, entreflechando impenitentemente el libro. Se manifestaba como un sufridor que se siente víctima de la ignorancia y necedad del mundo y entra en una especie de estado de euforia al ver que otra persona, igual que él, alberga un profundo desprecio por el género humano. Se muestra de acuerdo con Schopenhauer en que los hijos heredan de los padres el carácter... tendrá del padre la voluntad o el carácter, de la madre la inteligencia; de ambos la constitución física.. lo hace entre corchetes y flechas, dándole gran importancia, pero al llegar al capítulo titulado "Las mujeres", amplía el título escribiendo debajo "Zorras" y a continuación entre flechas todos los textos que loan la inteligencia y la razón del hombre o también los que afirman el débil juicio de la mujer que no ve más que lo que tiene delante de los ojos, todos sus defectos y vicios, su falsedad, el oscurecimiento del entendimiento del hombre por el amor y por haber llegado a llamar bello al sexo femenino, lo injusto de haber dejado participar a las mujeres en la sociedad, la celada de la naturaleza que supone para el hombre el matrimonio...

El ímpetu aumenta cuando se trata del honor de las mujeres, que parece afectarle de forma especialísima, lo rodea de varios corchetes, paréntesis y flechas; una joven soltera que ha caído, se ha hecho culpable de traición... lo misma suerte espera a una mujer adúltera..." y añade el lector ¡¡¡NO!!! y confiesa en un texto propio "Lulú quería tener un hijo porque según Schopenhauer...las mujeres únicamente han sido creadas para la propagación de la especie.
Hace también alusiones a sí mismo porque subraya un alma grande, un genio, que experimenta en el mundo los mismos sentimientos de un noble prisionero por razones de estado que se viera en presidio con vulgares malhechores en torno suyo...hay que aislarse... primero vivir sólo que entre traidores. Y tan fresco. Lo que hay que ver...¿Sainete o tragedia?

lunes, 16 de marzo de 2009

A latigazos con la voluntad

"El yo está dotado de un poder, de una fuerza creadora, conquista tardía de la humanidad, que llamamos voluntad."Al nivel primitivo, la voluntad no existe todavía; el yo no está hecho sino de instintos, de impulsos y de reacciones...He aqui un ejemplo observado por mí mismo, de la debilidad de la voluntad en los primitivos. Durante algún tiempo estuve en África Oriental entre una tribu muy primitiva. Era buena gente, que no querían sino ayudarme. Cierta vez tenía que mandar unas cartas y necesité un mensajero. Fui a ver al jefe y le rogué que me mandara uno. Poco después un joven indígena se presentó a mí y me dijo que era el mensajero que había pedido. Había que recorrer aproximadamente una distancia de ciento veinte kilómetros hasta el término del ferrocarril de Uganda, donde se encontraban los blancos más próximos. Tendí al mensajero las cartas formando un paquete y le dije: "Lleva estas cartas a la estación de los hombres blancos a tal lugar" El mensajero por toda respuesta, me miró con ojos extraviados y vacíos y ni siquiera tendió la mano hacia el paquete."Toma estas cartas y vete", repetí. El mensajero me había comprendido, sin duda, pero no lograba reaccionar ante aquella invitación singular. Pensé, primeramente, que no le interesaba. Vino entonces un negro somalí que me cogió las cartas de la mano y me dijo: "Te portas de una manera torpe y tonta; te voy a mostrar cómo hay que hacer." Cogió un látigo y avanzó amenazador hacia el hombre, diciéndole; "Estas son las cartas, tú eres el mensajero, y éste es el bastón (el bastón tenía una ranura por la que se introducía las cartas; era el bastón del mensajero, tienes que cogerlas." Y le pegó en los costados con el bastón, le sacudió y le maldijo a él y a sus antepasados hasta la séptima generación. "Tienes que correr de esta forma", gritó el negro somalí remedándole mediante una danza lo que el indígena tenía que hacer. El hombre, poco a poco, se despertó, sus ojos se iluminaron, había comprendido. Partió como una bala de cañón y recorrió los ciento veinte kilómetros hasta la estación, en una sola etapa.¿Qué había pasado? El primitivo no es capaz de querer: tiene que reunir sus energías; había sido necesario que a nuestro hombre le pusieran en condiciones de sentirse mensajero; de ahí la razón de ser y la necesidad de esta ceremonia; había despertado en él el estado de ánimo que le había convertido en correo; desde ese momento tenía las cartas del hombre blanco en la mano, las llevaba hacia su destino y todos los indígenas que encontraba en su camino se decían"Sí, es el correo, es el mensajero." Esto hacía de él el hombre importante del momento, le confería una dignidad a la que no había llegado si antes, con la ayuda de los latigazos, no le hubiera puesto en el estado de ánimo de un mensajero."
De "Funciones y estructuras del consciente y el insconsciente", por Carl.G. Jung

La anécdota etnográfica (hoy sería bastante controvertida, me parece a mi), puede ilustrarnos si nuestra voluntad se resiste. Me inclino más a pensar que el indígena flipaba al ver que le invitaban a recorrer ciento veinte kilómetros para llevarle sus cartas a los blancos, no me extraña que pusiera los ojos a cuadros y no moviera un dedo, pero entre el látigo, los insultos a los antepasados y la danza del somalí, la voluntad hizo su aparición y luego, como no podía ser menos, el prurito de poder chulearse delante de sus compatriotas hizo el resto. Al final, palos y ego, a eso se reduce cualquier existencia.

Cuando yo era pequeña era fundamental disponer de dos características importantes en la personalidad: "ser de ciencias" y "tener fuerza de voluntad". Carecer de estas dos fuentes del éxito en la vida era fatal. Yo carecía de ambas, según las etiquetas que me endosé-aron. No sé muy bien si fue antes la gallina o el huevo. El caso es que con el tiempo, por suerte, descubrí que no era así. Un día tomé la determinación de adentrarme en el "proceloso-tenebroso-inalcanzable" mundo de las ciencias y descubrí que no, que tampoco era para tanto, que no se es de letras como si fueras de Gijón y punto. Supuso para mi poder completar una energía espiritual que permanecía dormida, despertarla fué estupendo. Y que lo de no tener fuerza de voluntad estaba más condicionado por cierto estado de ánimo que es suceptible de variar con la alegría y el buen rollo más que con los palos. Eso sí, no probé con la danza, a lo mejor sirve para las dos cosas y viajo gratis a Uganda. Esdedesear.

jueves, 12 de marzo de 2009

Amores primaverales

Por suerte la primavera siempre vuelve y otra vez está aquí. Evoca los enamoramientos que nuestro corazón alberga ya. Quiero compartir amores primaverales y alguna lágrima con vosotros:

Poema: "Amiga, namorado vou", de Álvaro Cunqueiro, que en la voz de Amancio Prada conmueve lo más íntimo de nuestras románticas esencias: el amor, la naturaleza, Galicia...
http://www.youtube.com/watch?v=QO0_cX1YUHo&feature=related

Poema "Irmaus" de Celso Emilio Ferreiro, en la voz del Grupo Fuxan Os Ventos, para sentir-con pero no con-sentir.

http://www.youtube.com/watch?v=EBFZxhCjgyo

Y finalmente, poema "Adeus ríos, adeus fontes" de Rosalía de Castro, por Lucía Pérez, mi pequeña prima, porque cuando dice "terra donde meu criei", piensa, seguro, en la tierra de mi padre. ¿La patria?...la patria es la tierra de los padres.
http://www.youtube.com/watch?v=c5qpuhgZCrw&feature=related

lunes, 9 de marzo de 2009

¡Éste eres tu!

"Mas el hombre no es sino lo que él se hace. En cada instante, queramos o no, tenemos que decidir lo que vamos a ser, esto es, lo que vamos a hacer en el siguiente... forzados a elegir... se elige uno a sí mismo entre muchos posibles"sí mismo". Entre los muchos haceres posibles el hombre tiene que acertar con el suyo y resolverse...La mayor parte de los hombres, sin embargo, se ocupan denodadamente en huir de él, falsificando su vida por no lograr que su hacer coincida con su quehacer... ¿Como no se ha advertido que la paradójica condición del hombre radica en que no puede ser lo que quiera, sino lo que tiene que ser necesariamente y al mismo tiempo puede no aceptar esa necesidad, eludirla, defraudarla?"
Del Prólogo a Obras Completas (1932) por José Ortega y Gasset

"Así pues queda claro, en virtud de todo esto, que nosotros no intentamos, queremos, apetecemos ni deseamos algo porque lo juzguemos bueno, sino que al contrario, juzgamos que algo es bueno porque lo intentamos, queremos, apetecemos y deseamos." De Ética, por B.Spinoza

Una mañana soleada de octubre, sentada en unas rocas, frente al mar, leía "Schopenhauer, Nietzsche, Freud" de Thomas Mann. En "Relato de mi vida" describía este autor, intimista, las emociones que le había producido el hallazgo de un libro que contenía la obra de Schopenhauer "El mundo como voluntad y representación": "...pero lo más esencial de todo aquello era una embriaguez metafísica que tenía gran relación con una sexualidad que estallaba tardía y violentamente y que era más bien de índole mística y pasional que propiamente filosófica". Un tiempo después yo también me encontré con el mismo libro, que compré por recomendación de un librero que decía que debía aprovechar la ocasión pues iba a ser difícil conseguir aquella edición en adelante. No lo leí entonces, pero el recuerdo de la crítica de Mann junto con un primer vistazo superficial, sus confidencias emotivas y el olor de las páginas de aquella edición, clavaron en mí las primeras flechas de Cupido.

Durante la carrera, cada curso, estudiábamos una asignatura que se llamaba"Historia de la Filosofía" que abarcaba unos cuantos siglos por curso, desde griegos hasta contemporaneos. Había planeado que al llegar a cuarto, siglo XIX, sería la ocasión para dedicarle mi investigación, pero mi sorpresa fue que Schopenhauer no estaba en el programa, estaban Comte, Nietzsche, Hegel, de éste último el profesor titular de la asignatura era un especialista. Ajena, como soy de carácter, a consideraciones más utilitarias me dirigí a él para plantearle mi aspiración, y accedió. ¡Allá Vd., usted verá...! Supongo que, como buen filósofo, no quería poner límites a mis afanes "metafísicos" y me embarqué en una aventura en la que, ahora me doy cuenta, solo contemplaba y primaba mi deseo de adentrarme en aquel enamoramiento. Sólo de él era consciente, no existía para mí el deseo del profesor, que habría volcado sus intereses en el diseño del programa, digo yo, y que sería especialista en Hegel por algo, digo yo. Todo ésto lo veo ahora, mirando hacia atrás, como, por cierto, dice Schopenhauer que es la única forma de conocer nuestra voluntad: "En efecto, el intelecto no se entera de las decisiones de la voluntad más que a posteriori y empíricamente"El resultado ya lo conoceis, feliz durante y feliz al final, todo fué disfrutar ¡Vd. verá! se convirtió en un ¡Deslumbrante, magnífico! (suena a farol, je,je, pero es cierto) en una nota manuscrita que acompañaba a la devolución de mi trabajo. Yo no lo buscaba, lo sé ahora, buscaba solo trabajar sobre aquellas ideas intuídas, desentrañarlas.Y la calificación, la evaluación, la circunstancia, por añadidura, me sorprendió y me gratificó también. ¿Era inconsciente de lo que hacía? No. Era consciente de mi deseo. Y además no tenía miedos que lo enturbiaran, y no era exceso de confianza, pues entonces carecía totalmente de ella. "El perfil de éste (el quehacer) surge al enfrentar la vocación de cada cual con la circunstancia. Nuestra vocación oprime la circunstancia, como ensayándo realizarse en ésta. Pero ésta responde poniendo condiciones a la vocación. Se trata pues de una dinamismo y lucha permanente entre el contorno y nuestro yo necesario" (Ortega).

Es frecuente que la palabra "vocación" esté asociada a un parcial desarrollo de nuestra personalidad, la profesión, la afición, etc. Y sin embargo tengo para mí que la vocación ha de realizarse en todas las facetas de nuestra materialización humana. Nada me parece más estéril que el empeño en hacer lo que el otro quiere, o lo que imaginamos que quiere (la confusión está servida en este terreno tan difícil de delimitar) , sea pareja, amigos, compañeros de trabajo, sociedad,"el mundo", si lo hacemos contrariando el deseo propio esperando recompensa de ello, incluso si la recompensa es para los demás. No solo nos hace permanecer insatisfechos a nosotros mismos sino que ese"sacrificio" (excepción hecha de sádicos y masoquistas) carece de la originalidad necesaria para convertirse también en el placer de aquel al que queríamos "complacer", com-placer solo puede derivar del placer compartido. El resultado suele ser el disgusto, el reproche, en fin, el displacer de todos con su efecto de rebote. Nos obliga a permanecer en un horizonte chato. "Uno por otro, la casa sin barrer". Por el contrario, nada me parece más feliz que hacer lo que uno elige y desea, si además lo puede compartir se multiplicará la satisfacción, pero en todo caso siempre producirá una ganancia, un enriquecimiento, el que conlleva la realización del deseo y el alejamiento de la amargura. Elegir el instante siguiente sin defraudar la necesidad, sin eludirla, dice Ortega. La vocación no es la meta, es el camino, en él se substancia a cada instante. En mi opinión no se trata de reclamar su fraude al "maestro armero" sino de preguntarnos a nosotros mismos cuánto nos hemos defraudado, cuánto de injustos hemos sido con nosotros mismos.

"Y esta verdad es que la voluntad es la esencia de cada fenómeno, pero en cuanto voluntad pura está emancipada de las formas del fenómeno y por consiguiente, de la multiplicidad. Verdad que en relación con la conducta no encuentra otra expresión más elevada que la que le dan los Vedas. !Trat twan asi¡ Éste eres tu. El que se la asimila con claro conocimiento y con firme persuasión y la aplica a todas las críticas que encuentra en su camino, poseerá ipso facto, la fuente de toda virtud y de toda felicidad y estará en el camino de la salvación.".(Todas las citas de Schopenhauer son de "El mundo como voluntad y representación.")
¿Trat twan asi?. Esdedesear

martes, 3 de marzo de 2009

Mi patria: la determinación.

"No sé bien por qué, pero siempre he notado con sorpresa que cuando alguien de mi tiempo se complacía voluptuosamente en rememorar las cosas de la juventud o de la niñez, yo no experimentaba goce alguna en esa inmersión y descenso a aguas pretéritas. Al contrario, el roce con la piel de mi pasado me repugnaba y toda la presunta gracia de la adolescencia y la infancia propias no ha logrado aún vencer en mi lo que tienen de cadavérico, de fenecido. Y no creo que mi vida haya sido especialmente infeliz o impresentable ni más repugnante que la que lo haya sido menos. Cuando se está fuertemente proyectado hacia el futuro, nuestro pasado no hace presa en nosotros con sus deleites particulares..."
Del Prólogo a Obras Completas (1932), por José Ortega y Gasset.


Como no hago diferencias de valor entre el contenido de mis sueños y el de mis pensamientos quiero rescatar, todavía próximo aquel viaje al "pasado" que compartí con vosotros, el sueño de la noche de mi regreso. Es difícil trasladar las sensaciones que las imágenes oníricas nos producen porque en los sueños las aristas entre lenguaje, pensamiento, percepción, sensación, figura, se difuminan y lo que parece tan evidente y significativo cuando estamos dormidos se transforma en incomunicable y aburrido en cuanto despertamos.

Transcurre en el tiempo presente, me encuentro pasando unos días de vacaciones en mi ciudad natal procedente de Bilbao (ciudad en la que empecé a trabajar hace muchos años y que en el sueño es, sin embargo, la de mi vida laboral actual). Repentinamente caigo en la cuenta de que debo incorporarme a un nuevo trabajo, un traslado que ya había solicitado antes de viajar. Ya no tengo que volver a mi anterior destino. Este nuevo puesto de trabajo que, en principio era en el lugar de mi infancia, es ahora en la ciudad donde vivo actualmente.Me incorporo a un despacho repleto de mobiliario antiquísimo, mesas y sillas de madera, máquinas de escribir obsoletas, material de despacho repujado en cuero. Varias personas lo ocupan, debemos sentarnos muy cerca unos de otros. Manifiesto mi preocupación porque hace años que ya no utilizo más que ordenadores. Me preocupa también el hacinamiento, las condiciones que no son buenas para trabajar. Las imágenes de las tres ciudades que se simultanean en el sueño aunque presentan estampas familiares no me resultan confortables, extrañamente, no tengo sentimientos de apego hacia ellas, esto me inquieta, me preocupa y sorprende descubrirlo, sin embargo me envuelve otra sensación más fuerte y abarcante de todas esas imágenes. Siento que esa extrañeza es indiferente, irrelevante, porque me inunda una gran determinación. Volveré a empezar y todo estará bien, lo se. Esta imagen sí me es familiar y confortable.

Nada más lejos de mi intención que hacer interpretaciones de tipo psicoanalítico de escaso valor objetivo y abundante tedio. Más bien quiero enlazar con aquellas palabras de Spinoza "el esfuerzo con que cada cosa intenta perseverar en su ser no implica tiempo finito alguno, sino indefinido", (mi sueño no puede ser más explícito, tal mêlée de tiempos, espacios y hábitos, da cuenta de ello, me parece), para literalmente atrapar una de las sensaciones fundamentales y más queridas por mi. La que con mayor fuerza se me manifiesta como deseable y apasionante: la determinación. No lo haré con mi propio lenguaje afectivo, lo haré con la definición más convicente que conozco, es la que hace Peirce, del que ya os hablé a cuento del pragmatismo, en su trabajo "Qué hace sólido un razonamiento": "...entonces una cierta reunión de sus fuerzas empezará a trabajar, y ese trabajo de su ser hará que considere cómo actuar, y de acuerdo a su disposición, tal y como es ahora, será llevado a formar una resolución respecto a cómo actuará en esa ocasión. Esa resolución es de la naturaleza de un plan, o como uno podría casi decir, un diagrama. Es una fórmula mental siempre más o menos general. Siendo nada más que una idea, esa resolución no influye necesariamente en su conducta. Pero entonces se sienta y sufre un proceso similar a aquel de imprimir una lección en su memoria, cuyo resultado es que la resolución, o fórmula mental, se convierte en una determinación"

La determinación es mi patria porque reconozco el placer que se sigue después de cada paso de la idea, de la resolución, a la determinación, y porque la huella que imprime en la memoria es un peldaño más de la escalera, del que ya no se retrocede una vez comprobada su eficacia. Una punzada en la conciencia lo impide. Creado el hábito, por pequeña que sea la acción, no hay marcha atrás. Hay quien se adhiere al sentimiento rilkeano "la verdadera patria es la infancia", yo soy más de Ortega, la verdadera patria me parece el proyecto, el quehacer:" entre los muchos haceres posibles el hombre tiene que acertar con el suyo y resolverse..." La infancia de las ideas es creer en su omnipotencia, como nos decía Freud, la madurez de los deseos es determinarnos a cumplir la vocación, como nos ofrece Ortega y con él seguiré la semana que viene, esdedesear.

lunes, 2 de marzo de 2009

La oportunidad perdida

"Como ya he dicho alguna vez, todos estábamos unidos por el lazo del mar, que, además de mantenernos juntos los corazones pese a largas ausencias, tenía el efecto de hacernos tolerantes a las historias, incluso a las convicciones ajenas."
De "Alma negra" por Joseph Conrad.


Cuando, en la plácida mañana de ayer domingo, leía este fragmento de Conrad, referido a la amistad entre marinos, me pareció una forma bella de definir la relación, ya sea real o imaginaria tanto da, que nos vincula afectivamente en esta particular vida literaria de la red. Unidos por el lazo del mar... nos hacemos tolerantes a las historias, incluso a las convicciones ajenas. No sabía entonces que sobrevendría, en la noche, un nuevo envite con el que poner a prueba la capacidad, implícita en el amor por la libertad y su materialización en la democracia, de tolerancia por las convicciones ajenas. Y lejos de hundirme en las procelosas aguas del océano de las diferencias, seguí a flote, aferrada a los ya escasos pero cada vez más sólidos troncos de mi balsa, inasequible al desaliento.


"Intérprete autónomo" era el nombre que daba Váttimo, como os comenté hace tiempo, a la condición necesaria del hombre en una sociedad confusa. Así me siento, pero no nihilista, porque he de confesaros que, ante la urna de mi colegio electoral se me siguen subiendo las lágrimas a los ojos en el momento de votar. Siento en la garganta emoción y rabia al mismo tiempo. El símbolo de la conciencia ciudadana realizándose y la rabia de una nueva decepción en ciernes. Pero en el camino se abre paso, de una u otra forma, la fuerza de la verdad, aunque no nos lo parezca, entre la poderosa bruma.

"Es precisamente la gente que llamamos intelectual la que tiene la inteligencia y las agallas para permitirse que la imagen de uno mismo sea flexible. Esto no es tan fácil y mucha gente no lo logra. La diferencia entre los intelectuales y las masas es la diferencia entre la gente que puede mantener varios vocabularios en la cabeza al mismo tiempo y la gente que solo puede mantener uno."
De "Cuidar la libertad" Entrevistas sobre filosofía y política con Richard Rorty.

Rorty representa un modelo de pragmatismo de pensamiento con el que me gusta identificarme. Una búsqueda de conciliación entre creencias e intereses personales pero en dirección siempre a la verdad en sentido platónico y el intento de que lo hallado, los resultados, sean eficaces y útiles, para la persona y la sociedad. "Si no hay un movimiento de izquierdas con propuestas concretas de solución que se puedan presentar como alternativa en la esfera pública, entonces dejamos el campo abierto a los demagogos" Dice, en otro momento. Propuestas, concretas, de izquierdas... Se ha perdido la oportunidad, en mi opinión, ahora cúanto cabe esperar de nuevo?. No creo que mucho tiempo, me pregunto qué votaron los jóvenes. De ellos dependen las próximas elecciones. Esdedesear.