miércoles, 24 de noviembre de 2010

Algo que contarte

"Después de que Miriam y yo nos marchásemos, madre se pasó años hablando de vender la casa familiar y comprarse un "piso de abuelita" pequeño. Esperábamos que lo hiciera, porque le gustaba sentarse siempre en el mismo sitio y hacer las mismas cosas todos los días, algo que nunca había podido entender hasta que leí Más allá del principio de placer, donde Freud define esa reiteración como demoníaca y la califica sencillamente de muerte. Así que puso en venta la casa y para sorpresa nuestra la vendió."

De "Algo que contarte" por Hanif Kureishi

Vaya por delante que no había leído nada de Kureishi y me está encantando. Este fragmento que extraígo no es ni mucho menos significativo ni orientador para invitar a su lectura, algo que, sin embargo, hago desde este mismo instante. Es entretenido, inteligente, divertido y profundo a la vez. Estupendo. Quizás sea lo que más se acerque al libro que me hubiera gustado escribir, odio no tener ese talento.

Pero traigo aqui este fragmento por algo que me inspiró y que quiero contar. En un primer momento, al verme tan reconocida me produjo cierto desasosiego, ¿comooor? Justo lo que yo consideraba una conquista, todas esas adoradas rutinas a las que ya no puedo ni quiero renunciar, podía, de repente, ser algo más parecido a una rendición. Y no es que me perturbe la semántica de las palabras, ¡rendida pero contenta! eso es lo que importa. Hechos, hechos. Pero lo estupendo es que, como todo cuestionamiento, esa inquietud me llevó nuevamente a la relectura de Freud, Más allá del principio de placer. Poco importan las extensas aclaraciones que fui desgranando sobre este particular, en este caso concreto. Lo que importa es que volver a Freud siempre es una maravilla. Si alguno no lo leyó todavía aqui dejo este link por si apetece, http://www.librosgratisweb.com/pdf/freud-sigmund/mas-alla-del-principio-del-placer-y-otras-obras.pdf

No es fácil, si se quiere ir algo más allá de una superficial lectura como las que abundan y que tanto inclinan a manifestar que Freud está superado.(Decir que está superado condena a no superarlo y yo no lo recomendaría ) Hace falta cierta concentración y disposición de la voluntad, pero al final es el instrumento más eficaz, en mi opinión, para comprender las incógnitas sobre los asombrosos comportamientos y experiencias de la trayectoria vital.

"Los hechos que nos movieron a creer que el principio de placer rige la vida anímica encuentran su expresión también en la hipótesis de que el aparato anímico se afana por mantener lo más baja posible, o al menos constante, la cantidad de excitación presente en él. Esto equivale a decir lo mismo, solo que de otra manera, pues si el trabajo del aparato anímico se empeña en mantener baja la cantidad de excitación, todo cuanto sea apto para incrementarla se sentirá como disfuncional, vale decir como displacentero. El principio de placer se deriva del principio de constancia"

"Pero entonces debemos decir que, en verdad, es incorrecto hablar de un imperio del principio de placer sobre el decurso de los procesos anímicos. Si así fuera la abrumadora mayoría de nuestros procesos anímicos tendría que ir acompañada de placer o llevar a él; y la expereincia más universal refuta enérgicamente esta conclusión. Por tanto, la situación no puede ser sino esta; en el alma existe una fuerte tendencia al principio de placer, pero ciertas otras fuerzas o constelaciones la contrarían, de suerte que el resultado final no siempre puede corresponder a la tendencia al placer."

De Mas allá del principio de placer. Por Sigmund Freud.

"Se interrumpió para preguntarme si estaba escribiendo algo. Empecé por hablarle de una idea de la que aún no estaba seguro. Henry nunca había sido muy buen lector de mi obra, porque en cualquier cosa que le dijera veían una oportunidad para considerar sus propios pensamientos. Josephine no leía mucho pero sus comentarios siempre eran pertinentes.

Le dije que quería intentar trasladar el análisis de la oscuridad técnica y el cientifismo- o sea, los analistas, escribiendo para sus colegas y para los estudiantes- a terrenos más populares en lo que pueda volver a ser, como lo fue en los lúcidos escritos de Freud, algo que se ocupa de lo que interesa a todos: la infancia, la sexualidad, las enfermedades, la muerte, el problema del placer. De lo contrario a la gente no le quedarán más que los libros de autoayuda y los autores que ponen "Doctor" en la portada, cosa que es una garantía de estupidez." Sigue Kureishi y no os fieis de estos dos fragmentos angelicales, la novela es un cañón de obuses a nuestras adormecidas sensibilidades. Esdedesear.













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martes, 9 de noviembre de 2010

Un ojo que ve el sol y una mano que siente la tierra.

"El mundo es mi representación: esta verdad es aplicable a todo ser que vive y conoce, aunque solo al hombre le sea dado tener conciencia de ella; llegar a conocerla es poseer el sentido filosófico. Cuando el hombre conoce esta verdad estará para él claramente demostrado que no conoce un sol ni una tierra, y sí unicamente un ojo que ve el sol y una mano que siente el contacto de la tierra; que el mundo que le rodea no existe más que como una representación, esto es, en relación con otro ser; aquel que le percibe, o sea él mismo. Si hay alguna verdad a priori es esta, pues expresa la forma general de la experiencia, la más general de todas, incluídas la del tiempo, espacio y causalidad, puesto que la suponen."

De El mundo como voluntad y representación. Por Arthur Schopenhauer.



El sábado fui a ver el documental "Rivers and Tides", sobre la obra del escultor Andy Godsworthy, quizás algunos ya lo conozcais. ´¡Qué buen rato de plenitud de goce estético!
Y aunque merecería una entrada para él solito, si supiera yo decir
en este caso algo más que: ¡mmm! ¡guauuu! ¡Qué preciosidad! y otras simplezas por el estilo, quiero hablaros de algo, de las reflexiones que me inspiró un escueto diálogo entre el escultor y un observador que acertó a pasar por allí mientras creaba esta estructura que veis en la foto. (en el video que os señalo abajó lo podeis escuchar del original).



Contemplaba Andy Goldsworthy su recien terminada obra, construída como todas las suyas en la naturaleza, charlando con un paisano que acertó a pasar por allí. El paisano le contaba cómo en aquellos lugares él mismo había tenido distintas experiencias desde niño. Le dedicó también unas palabras alabando lo que veía. Y sin dejar de mirar un momento, le interrogó con la misma tranquilidad con que había conducido su anterior discurso.
- ¿Qué espera que suceda cuando le alcance la marea? ¿Espera que flote?


Le había estado observando mientras trabajaba, allí no había más estructura ni otro material que unos leños que iba recogiendo de los alrededores y entrecruzando al albur. Su amplia experiencia vital de lugareño podía ser suficiente para dar por sentado que aquello sería arrastrado por la marea y destruído en más o menos tiempo. Podía haberlo asegurado, advertirle con contundencia. Podía incluso bromear con su ingenuidad. Pero no, en su diálogo incluía generosamente la incertidumbre acerca de alguna posibilidad distinta que se albergase en la experiencia del "otro", ese otro con el que charlaba tan respetuosamente. A eso le llamo yo "objetividad". El mundo nos ofrece sus ríos y mareas universales sometidos a cambios regulares que se convierten en leyes para nosotros y aún así, la representación que individualmente nos hacemos de él es lo que constituye la verdadera experiencia, exclusivo producto de nuestras singulares percepciones y deducciones "si hay alguna verdad a priori es ésta, pues representa la forma más general de experiencia". En esto "como en todo lo demás". Comprenderlo y aceptarlo supongo que nos hace más libres. Quizás penseis que mezclo churras con merinas, pues si, creo que si. Me pondré a pensar como separarlas. Esdedesear

"...El menosprecio de esta verdad es la primera falta de Kant. En cambio, desde los primeros tiempos fue reconocida por los pensadores de la India, constituyendo el principio fundamental de la filosofía vedanta atribuida a Vyasa. ..." Así comienza Schopenhauer su gran obra.

http://www.youtube.com/watch?v=iBcdL8uO71E&feature=related

viernes, 5 de noviembre de 2010

El optimismo del fracasado.

"Y allí, en aquel quiosco, en la pequeña mecedora de mimbre amarillo, un día se quedó cuatro horas enteras leyendo con creciente emoción un libro que había ido a parar a sus manos de manera medio casual, medio intencionada. Después del segundo desayuno, con el cigarrillo en la boca, lo había encontrado en la salita de fumar, escondido en un recóndito rincón de la estantería detrás de otros gruesos volúmenes; recordaba habérselo comprado a su librero habitual hacía ni se sabe cuánto tiempo a un precio de oferta, sin concederle gran valor...
Le invadió un sentimiento de satisfacción desconocido para él, profundo y agradecido. Era la incomparable satisfacción de ver cómo una mente privilegiada y superior se hacía dueña de esta vida tan dura, cruel y grotesca para someterla y juzgarla..., la satisfacción del que sufre, del que, dadas la frialdad y dureza de la vida, oculta constantemente su sufrimiento con vergüenza y mala conciencia y, de repente, recibe de manos de alguien grande y sabio el derecho fundamental y solemne a sufrir a causa de este mundo; de este mundo que supuestamente es el mejor de todos los mundos posibles pero que, como se demostraba con brillante ironía, es el peor de todos los imaginables. (...)
Le faltaban pocas líneas para terminar cuando, a las cuatro de la tarde, llegó la criada a través del jardín para llamarle a la mesa.... Sentía que todo su ser se había engrandecido de forma asombrosa y que una pesada y oscura embriaguez se había apoderado de él; su mente flotaba en una extraña nebulosa, fascinada por completo por algo indeciblemente nuevo, arrebatador y lleno de promesas que le recordaba al primer enamoramiento, tan anhelante y esperanzado. No obstante..."
* El libro en cuestión es, pues, "El mundo como voluntad y representación" de Schopenhauer ( 1819) y el capítulo el 41 de los Complementos al Libro Cuarto, publicados en 1844 (citado según la edición de Roberto R. Aramayo; Fondo de Cultura Económica-Círculo de Lectores,2003. N. de la T.

De "Los Buddenbrook" por Thomas Mann.

En la edición que yo tengo (Editorial Porrúa, México 1987) de éste libro del admirado filósofo (admiración que tengo la suerte de compartir con Thomas Mann y al que le debo habérmelo hecho atractivo), Friedrich Sauer, no tiene una opinión tan favorable. Cree que no procedió científicamente al prescindir de investigaciones de la filosofía medieval, que es impreciso, que incurrre en contradicciones, y que una doctrina llena de contradicciones no puede ni ser verdadera ni contribuir a favorecer el conocimiento de la verdad, entre otras cosas. Estoy en total desacuerdo, en mi opinión es justo lo contrario. Quizás esta visión mía, tan personal, lo sea por esto que el mismo Sauer dice en su introducción "es un hecho que su doctrina encontró muchos partidarios, seguramente no entre los profesores de filosofía tan odiados por él, pero quizá entre todos los muchos hombres que de alguna manera fracasaron en la vida". Quizá, así sea. Puede que su doctrina no sea verdadera, ni me importa, ya no tengo muy buena opinión sobre la necesidad de poseer la verdad, pero lo que me niego es a seguir la estela de los que dicen que la doctrina de Schopenhauer es pesimista. Lo habrán leído concienzudamente pero, lo siento, no lo han entendido. Merece la pena comprobarlo. Esdedesear.