jueves, 8 de octubre de 2009

La realidad subjuntiva

Hay sentencias que producen "un coup d'eclat" que cambian tu vida, si les haces caso, claro. Se tornan tan resplandecientes, tan iluminadoras que borran de un plumazo un montón de creencias equivocadas y parece que abrieran nuevos horizontes cuyas sendas, aunque todavía no trazadas, se muestran a la imaginación fáciles y accesibles. Son expresiones que aunque difusas las comprendes más por intuición que por explicación y ello es porque sencillamente son portadoras de verdad. Por suerte, en mi vida ha habido muchas de estas sentencias, muchas esclarecedoras reflexiones, algunas que vienen de un diálogo sincero con amigos con los que compartes esta vocación de desentrañar lo que sea "la vida", ese término que tiene más de idea que de cuerpo, aunque nos parezca lo contrario (así, cuando estamos enfermos poco nos preocupa esta especulación), pero sobre todo de mis amados "teóricos" (la palabra deriva del griego θεωρειν,"observar"). Soy, por suerte, confiada en la objetividad de la sabiduría de los maestros, avara de la utilidad que me pueden aportar, flexible para abrirme a nuevas posibilidades, y agradecida, enormemente agradecida, cuando observo, yo misma, los resultados intuidos.

Una de esas sentencias, no exactamente así enunciada, porque en mi recuerdo es ya una mezcolanza que procede de muchos emisores (desde Platón a Ortega, pasando por Freud, Russell, Heidegger, y un largo etc,) es que para ser feliz uno debe "ajustar su deseo a la realidad". Parece sencillo: conocido el deseo, asumida la realidad, ajustar y punto. Lo que parece fácil en la idea se convierte en tarea ardua en su materialización. Sin embargo, al escucharlo, al comprenderlo, sólo esa intuición ya libera, produce sus frutos. Podemos quedarnos así, una vez comprendida, porque todo cambia, sepamos o no lo que es el deseo y la realidad. Es decir a qué nos referimos cuando nombramos lo que nombramos. Saberlo sería ya suficiente. Algo se pone a funcionar, aunque solo sea el comprender porqué algo no funciona, así es la comprensión de lo auténtico.

En ese blog he hablado bastante, aunque nunca es bastante, de la necesidad de conocer nuestros deseos, los auténticamente nuestros, desembarazándolos de los superficialmente adquiridos bajo diferentes "presiones". Ahora voy a hablar de la "realidad". Se han escrito ríos de filosófica tinta sobre lo real, la realidad. Una forma asequible de comprender qué sea la realidad ( lógicamente el concepto de realidad) puede ser la explicacion freudiana de esos dos principios que rigen nuestro psiquismo, el principio de placer (institivo) y el principio de realidad(instituido). La orteguiana de la necesidad de conciliar el yo y la circunstancia, o simplemente la del "sentido común", por ejemplo; pero eso sería objetivamente hablando, claro. Luego está el plano de lo subjetivo, omnibarcante y poderoso, en la que probablemente la realidad "brilla por su ausencia" escondida tras las palabras. Y esta es la "realidad real", más incierta, pero la que somos, esa que responde a las palabras de Lacan, "pienso donde no soy y soy donde no pienso". Es decir que la verdad de lo real, se nos escapa al lenguaje, y sin embargo "es". Es lo que no hace falta pensarse, sino despensarse. Lo que es más claro para la intuición a veces es muy oscuro para el pensamiento.

Y todo este embrollo porque quiero compartir con vosotros este precioso texto de Musil, al efecto, que me voy encontrando en la lectura de "El hombre sin atributos". Explica mejor que yo estos "reales" temas, de los que seguiré hablando. Esdedesear

"Si existe el sentido de la realidad, debe existir también el sentido de la posibilidad"

Quien quiere pasar despreocupado por puertas abiertas, ha de cerciorarse primero de que dinteles y ambas esté bien ajustados. Este principio, vital para él, es un postulado del sentido de la realidad. Si se da, pues
, sentido de la realidad, y nadie dudará de su razón de ser, se tiene que dar por consiguiente algo a lo que se pueda llamar sentido de la posibilidad.
El que lo posee no dice, por ejemplo: aqui ha sucedido esto o aquello, sucederá, tiene que suceder; y si se le demuestra que una cosa es tal como es, entonces piensa: probablemente podría ser también de otra manera. Así cabría definir el sentido de la posibilidad como la facultad de pensar en todo aquello que podría igualmente ser, y de no conceder a lo que es más importancia que a lo que no es. Como se ve, las consecuencias de tal disposición creadora pueden ser notables; es así cómo, por desgracia, aparece no pocas veces falso lo que los hombres admiran y aquello que prohíben, lícito, o bien ambas cosas como indiferentes. Tales hombres de la posibilidad viven, como se suele decir, en una tesitura más sutil, etérea, ilusoria, fantasmagórica y subjuntiva. Cuando los niños muestran tendencias semejantes se procura enérgicamente hacerlas desparecer, y ante ellos se califica a esos individuos con los apelativos de ilusos, visionarios, endebles y pendantes o sofistas.
Si se les quiere alabar, a estos locos también se les llama idealistas, pero evidentemente de este modo se alude sólo al tipo débil que no alcanza a ver la realidad o se separa lamentablemente de ella, por lo que entonces la ausencia del sentido de la realidad aparece como una auténtica carencia. Lo posible abarca, sin embargo, no sólo los sueños de las personas neurasténicas, sino también los designios no decretados de Dios. Una experiencia posible o una posible verdad
no equivale a una experiencia real unida a una verdad auténtica, menos el valor de la veracidad, sino que tienen, al menos según la opinión de sus defensores, algo muy divino en sí, un fuego, un vuelo, un espíritu constructor y la utopía consciente que no teme la realidad, sino que la trata mejor como problema y ficción. (...)
Un individuo semejante no es en modo alguno un asunto muy inequívoco. Dado que sus ideas, mientras no degeneren en vanas quimeras, no son otra cosa que realidades todavía no nacidas, también él tiene, como es natural, sentido de la realidad; pero es un sentido para la realidad posible y da en el blanco mucho más tarde que el sentido, congénito en la mayor parte de los hombres, para las posibilidades verdaderas. Prefiere, por decirlo así, el bosque a los árboles; el bosque es algo difícil de definir, mientras que los árboles significan tantos y tantos metros cúbicos de madera de determinada calidad. Quizá se pueda expresar esto mejor diciendo que el hombre con sentido normal de la realidad se asemeja a un pez que muerde el cebo y no ve el sedal, en tanto que el hombre con ese sentido de la realidad, al que también se puede llamar sentido de la posibilidad, lanza el anzuelo al agua sin saber si le ha puesto cebo."


De "El hombre sin atributos" Por Robert Musil.


11 comentarios:

Josefina dijo...

“En el año 300 d.C., Plotino enseñaba que hay una realidad última que está más allá del alcance del pensamiento o del lenguaje. El objetivo de la vida era apuntar a esta última realidad, la cual nunca podía ser descrita con precisión. Plotino enfatizaba que las personas no tenían la capacidad mental para entender completamente la realidad última en sí misma ni tampoco las consecuencias de su existencia. Iámblico distinguía más niveles de realidad en una jerarquía de niveles por debajo de la realidad última. Había un nivel de realidad correspondiente a cada pensamiento distintivo de los que es capaz la mente humana.”

Leo tu magnífica exposición, releo, intento conprender. Después me voy a leer lo transcrito en el principio del comentario y te pido un favor Esdedesear: estoy confusa, no alcanzo a esclarecer el sentido de esa realidad; creo que me falta lectura y estudio, sobre todo filosófico, pero me apasiona el tema. Por ello te pido: ¿puedes completar con algún ejemplo o pensamiento lo que me falta para entenderlo mejor?
Gracias y un abrazo grande.

Esdedesear dijo...

Querida Josefina: Tu y yo sabemos que no nos hemos visto nunca, quizás no lleguemos a vernos jamás o quizás si, este es el sentido de la posibilidad. Hay un camino que se va trazando, una realidad por descubrir de la que no tenemos certeza alguna y lo vamos haciendo con unos mimbres tan inciertos como ella misma.
En el mundo del “sentido de la realidad”, tu y yo, por tanto, no nos “conocemos”. Pero es así? En el mundo del “sentido de la posibilidad” tu y yo, sin embargo, “somos”. Nos intuimos. Y formamos parte de una realidad que la sentimos, a lo mejor, más sólida que otras. ¿Y si en un determinado momento nos encontramos? ¿Que nueva realidad se conformaría? Una posiblemente distinta, inédita, un renacimiento más.
Esto es a lo que me refiero, a esa realidad que arranca, más que del ser cognoscente, del ser “volente”, del ser del deseo. Como dice Sastre “el ser se opone a la conciencia”, pero el ser “es” y me atrevería a decir que “es” más cuanto más acepta esa incertidumbre y se abre a la posibilidad. Esto ocurre en todas las esferas, no solo en la del ser, en la ciencia, en la sociedad...toda investigación parte exactamente de una realidad que solo se puede ir conociendo por contrastación, pero en la esfera individual no estamos tan dispuestos a admitir estos parámetros, porque necesitamos controlar, creer que podemos controlar.
Gracias por darme pie a seguir hablando de esto, que seguirá escurriéndosenos entre los dedos como el agua. El caso es seguir lanzando la caña aunque no sepamos si hemos puesto el cebo. Un abrazo grande.

Josefina dijo...

Acepto la incertidumbre y me abro a la posibilidad... No, no quiero controlar; por ello es una realidad subjuntiva como dices.
Gracias Conchita, es más sencillo de lo que parecía y digno de ser reflexionado.
Un beso.

marikiña dijo...

Que complicado,pero lo intento.
Es decir que el hombre es una eterna posibilidad y que hay que seguir cultivandose para poder seguir deseando y el deseo vuelve a ofrecer posibilidades?no?
Esto es un no parar!

Esdedesear dijo...

Creo que si, el hombre y "todo lo demás" como diría Woody Allen. Quizás no sea una posibilidad, sino algo ya determinado, pero a nosotros solo se nos presenta el mundo, la realidad, incluso la que somos, como algo a descubrir.
Como no es mi intención dar consejos o moralizar, no se si hay que cultivarse o no, pero parece más interesante cultivar tu campo que que te lo cultiven otros. Muchas gracias y bienvenida, María. Un beso fuerte.

Barbebleue dijo...

Cada vez nos pones unos deberes más complicados.

No sé si viene a cuento pero creo más en el ser que hace, o lo que hace el ser, que en el propio ser. Claro que la posibilidad impide muchas veces la acción. ¿Somos, podemos ser, estamos, o hacemos?

Creo que me estoy mareando...

Esdedesear dijo...

¡Ah!!!! La acción. Has dado en el clavo. Hechos, hechos, hechos. Has abierto un claro en la niebla,perome temo que por él pudiera entrar toda la filosofía oriental y la occidental en avalancha. Miedo me da.
Ya somos dos, empiezo a pensar que el mareo me es consustancial. Un abrazo.
Por cierto, estoy leyendo "El ruido eterno. Escuchar al siglo XX a través de su música" Alex Ross. Y qué ien me vendrían unas "pasantías" tuyas para entender mejor.

Barbebleue dijo...

Si te decides, empieza por la oriental. Tengo querencia por lo exótico. También por lo curativo.

Sobre el celebrado libro te dejo la dirección del imprescindible blog Retroklang con sus interesantes enlaces incluídos:

http://www.retroklang.com/?p=1181

pfp dijo...

ay,Conchita, esto para mi mismisidad es complicadísimo, por otra parte, si leo despacio parece de perogrullo... bueno por si acaso más vale que no me examines

Un beso y gracias tú felicitación

Esdedesear dijo...

Gracias por el enlace Barbebleue, ya le eché un vistazo.
Sobre la filosofía oriental te diré que no podré hacerlo. Tengo una querencia especial por la especulación,que es lo que hace la filosofía occidental, debe ser mi carácter egocéntrico que me hace preferir lo que deduzco a lo que me dan concluído, aunque al final la conclusión sea la misma, la verdad no tiene más que un camino. Sin embargo también me atrae, y a veces siento que me va a faltar tiempo para acercarme a ella y algo me voy a perder. Te recomiendo la página de un amigo que, aunque filósofo occidental por profesión, lo es oriental por vocación http://navegare--preciso.blogspot.com/. Un abrazo.

Esdedesear dijo...

Hola Pilar, tienes razón es de perogrullo, la verdad es muy sencilla: hay una realidad que se nos escapa, y siempre se nos escapará, lo que hacemos es intentar atraparla, acercarnos a ella un poco más, en este caso con con palabras más o menos filosóficas, pero siempre lo hemos hecho de alguna forma con mitos, cuentos, metáforas, analogías, o simples anécdotas cotidianas. Tu lo haces magníficamente con tus imágenes y tus comentarios. Un beso.