lunes, 30 de noviembre de 2009

Economía suficiente


"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".
Epicuro.
Foto cedida por Andel Balseiro.
La mayoría de las cosas que me alegran y sobre todo las más importantes, son de acceso fácil, baratas o incluso gratis. Las difíciles o caras me alegran con sólo desearlas. ¿Se puede pedir más?
Esdedesear.

martes, 24 de noviembre de 2009

Escuchar no es acallar


Quiero recordar una experiencia juvenil propia, aunque no es de mi gusto hacerlo en el blog, pero lo hago porque es algo que la perspectiva del tiempo no sólo no ha mermado la contundencia de lo que en ella aprendí, sino que se ha ido corroborando y enriqueciendo: Tenía yo veintitantos años y dos hijas de cuatro y un años, cuando me apunté a un cursillo de padres que me recomendaron. Era una época en que se empezaba a tener conciencia, no sé si acertadamente, de que no era suficiente con la voluntad, era necesario prepararse con alguna formación en temas que, hasta entonces, se consideraban fuera de la esfera del conocimiento y sólo se resolvían con las herramientas de la tradición y la naturaleza. Los cursillos preparatorios entraban también en el esapcio afectivo. Así que a la información de la revista "Ser padres", entonces de moda, decidí añadirle un cursillo intensivo: "P.E.T. Padres eficaz y técnicamente preparados" (En su momento me pareció un tanto exótico, la documentación estaba escrita en "mejicano" hoy veo que se incluye en la formación de doctorado de Educación Social en la U.C.M "Modelo humanista de acción familiar" así que será por algo.) . En los preliminares, antes de entrar en materia, nos repartieron unas hojas con un cuestionario que debíamos responder de forma anónima. Se trataba de que escogiéramos una forma, entre quince posibles, de afrontar o tratar la cuestión de un hijo adolescente que nos planteaba su determinación de dejar los estudios. Enseguida encontré mi respuesta y con la misma seguridad deseché las catorce restantes, no había color. No recuerdo los términos pero lo que vi cómo mejor respuesta era algo del tipo "interpretar, analizar, diagnosticar" o del tipo "aconsejar, solucionar, sugerir", "dar argumentos lógicos" también me encanta, en fin lo que me parecía propio de una madre eficaz, preocupada y bondadosa. Cuando interpretaron nuestras respuestas resultó que ninguna de las quince eran válidas, todas eran fatales como solución: Ninguna escuchaba al hijo. El cursillo consistía en enseñarnos a escuchar. Todas llevaban a un callejón sin salida que había empezado muchos años antes, incluso antes del lenguaje, vereis por qué.
Me impactó el comienzo que, además, fue aderezado con una reconstrucción entre nosotras (no había un solo hombre) del tipo: una que está fuera de la sala entra para poner en escena el ejemplo que se le propone, que acabó por rematarme de curiosidad: Este tipo de técnicas (aunque no sepamos que son técnicas) que usamos con los hijos (y con el mundo en general) en nuestra relación habitual, acaban por levantar auténticos muros de incomunicación, porque detrás de la bueníiiiisima intención, se esconde alguna forma de ejercicio de dominación, que lentamente va construyendo barreras más tarde infranqueables: (huelga decir que yo las he usado todas hasta que caí de la burra, e incluso después de caer):
Relación de respuestas habituales en nuestros diálogos:
"Mandar, dirigir u ordenar.
Advertir, amonestar o amenazar.
Exhortar, sermonear o dar una lección.
Aconsejar, solucionar o sugerir.
Dar conferencias, enseñanza o argumentos lógicos.
Criticar, juzgar o culpar.
Estar de acuerdo.
Avergonzar o burlarse.
Interpretar, analizar o diagnosticar.
Justificar, racionalizar o consolar.
Probar, preguntar o interrogar.
Minimizar el problema.
Distraer, hacer reír, entretener.
Halagar, hacer cumplidos o dar palmaditas."

Sigo con el curso. La única propuesta aceptable, lo único que cabía hacer en un diálogo eficaz, era dar una respuesta que impidiera que el hijo percibiera al primer instante que no iba a ser entendido, (hijo que llega a casa llorando porque un niño le quitó su "hi-man" , aunque puede escenificarse con algún juguete que no esté pasado de moda, claro: 1. tranquilo, compramos otro... 2.que más da, ya estaba viejo...3.tienes muchos más, nos seas llorón. 4.no se llora por esas cosas. 5. tampoco es para tanto... 6. mañana le quitas tú otra cosa. 7. ese niño es tonto no le des importancia... 8.si no lo hubieras llevado al colegio, como te dije... 9. y que hiciste cuando te lo quitó?. 10. debías haberle... 11. ¡ala!, ven que tengo una cosa que te va a gustar...12. con lo bueno que tu eres hay que ver... en fin, lo que se os ocurra.) Infinitas respuestas creando los primeros ladrillos del muro. La única acertada, nos dijeron: "Veo que estás muy fastidiado por haber perdido tu hi-man". Si acaso dura el llanto (no suele ocurrir que no se acabe al instante, tel es el efecto de la escucha), repetir con adjetivos parecidos: incluso pareces muy dolido, (enojado, enfadado...). El niño busca consuelo contando su relato (todos lo hacemos) , solo busca ser escuchado, nada más, la solución no le interesa tanto y en todo caso, él la encontrará, la que sea, la suya será la única que importe. De este y otros triviales barros, vienen éstos y otros tremendos lodos.Y el abandono de todo intento de afecto, por incomprensión.
Como material del trabajo nos dieron un libro que aún conservo (el que está en mejicano) y un folio con una relación de indefinidos para posible utilización ¡!, sí, a veces es necesario estar tres o cuatro días repitiéndolos hasta que el hijo (o cualquier persona) encuentra su verdadero estado, lo que verdaderamente le ocurre, en su cabeza, y de eso se trata, de ese instante en que uno se siente comprendido y sabe, gracias nuestra escucha, qué es lo que le pasa, de ahí a la solución no hay ya más que un paso, puede que ni siquiera haya nada que solucionar puesto que no ha habido más problema que el que los padres crearon.
Yo lo he comprobado muchas veces con admiración , y muchas más lo he olvidado, ¡qué le vamos a hacer!. Me enseñaron también otra cosa, muy importante, a distinguir entre el nefasto "mensaje-tu" y el beneficioso "mensaje-yo" que utilizamos cuando hablamos : Quiero... Me molesta que... Estoy cansado... Me enfada que... Me alegra... Prefiero... A mi me gustaría ... Me encanta... me disgusta... Te quiero. En lugar del: Eres un... No hagas... Debes intentar... Si no hubieras... Siempre me... Nunca te... No tienes que... Tranquilízate... Vete a... Olvídate...No llores...(por qué no dejamos llorar? Esto nunca lo olvidé . Y por cierto que me hace sentir mejor este lenguaje positivo. Dos pensamientos no caben en el mismo lugar, advertía Ortega. Mejor sustituir los negativos. Esdedesear.


La imagen: Pintura de Carmen Cecilia Meza


martes, 17 de noviembre de 2009

Vivir es relatar.

"En su texto "La ilusión biográfica" Pierre Bourdieu, ha trazado el dilema: la propia vida es un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, que carece de sentido. De ahí que sólo la ficción narrativa permita representar ante los demás el relato de una vida argumentalmente dotada de sentido"


Cita de Manuel Cruz, extraída de "Tiempo de narratividad (el sujeto entre la memoria y el proyecto". http://ddd.uab.cat/pub/analisi/02112175n25p23.pdf



"La identidad es ese particular revestimiento que los otros, los demás, conceden al individuo- y por el que lo convierten en sujeto- a través del mecanismo del reconocimiento. Es decir, que lo que el individuo se dice a sí mismo de sí mismo no es identidad porque no ha sido sancionado socialmente, colectivamente o por su grupo. Esa idea suele ser un relato que se resiste a la intersubjetividad y que más adelante propongo allegar a la ideología"
Del texto arriba mencionado.


Supongo que conoceis una anuncio reciente de la Obra Social de La Caixa en el que un profesional de un servicio de cuidados de enfermedades avanzadas (hablo de memoria porque reconozco que lo he visto un poco por encima) dice algo así como que en el momento de morir las personas no se encuentran tanto con la soledad como con la necesidad de hablar de lo que les está pasando.(véanse las palabras de Manuel Ayala antes de morir) Tal es el imperativo de estar constituidos en el lenguaje, que somos un "relato". Memoria, deseo, lenguaje. Eso es lo que somos. Y tal es así, que incluso en lo que nos parece como el momento más trascendental de la vida, el momento en que la abandonamos, lo que queremos, y estoy completamente segura de esta afirmación, es "contarlo", hablar de ello. Y ese lenguaje que somos, ese relato en el que configuramos nuestra identidad, necesita alguien que lo escuche, (escuchar no es acallar, como veremos otro día, porque de esto hay mucho que hablar). Aquel que esté a nuestro lado, que verdaderamente nos escuche, que atienda nuestro relato hasta el último momento es labor de toda una vida, o de un tiempo menor si hemos tardado en conseguirlo, no importa, cada minuto es una eternidad para el amor.

"... tales historias no constituyen un espejo del pasado, parafraseando a Rorty, sino una acción del sujeto narrador, una iniciativa que emprende para ir configurando la propia identidad.Por eso lo que hay que exigirle al relato en primer lugar es una adecuación al sujeto"..."No existe un solo relato verdadero"..."Recordamos de acuerdo con lo que esperamos"... "El desajuste tiene algo de esencial"..."La identidad es ese particular revestimiento que los otros, los demás, conceden al individuo-y por el que lo convierten en sujeto- a través del mecanismo del reconocimiento."..."No hay identidad sin memoria. La memoria representa el ejercicio de (auto) reconocimiento originario. Pone los materiales de la experiencia pasada al sevicio de la configuración de una identidad"... "Hay que estar a la altura de la memoria... tiene algo de ética"..."La presencia de los otros no se limita a la de ser mera caja de resonancia en el mecanismo del reconocimiento, testigos mudos de nuestra existencia o notarios de nuestra identidad. La capacidad de proporcionar fines tiene como territorio privilegiado a los demás"...

Tengo que confesar que cuando leí por primera vez las tesis de Manuel Cruz, en este u otro documento, ahora no recuerdo, probablemente en su libro "Narratividad: la nueva síntesis", sufrí un síncope emocional. Quizás porque ya estaba preparada para entenderlo, quizás porque ya había llegado a ese punto de partida necesario que él llama al inicio de su reflexión de "La perplejidad ante lo humano". Pero no es broma, tal emoción, que supongo era la consecuencia de una iluminación profundamente deseada, me producía incluso síntomas físicos de tipo taquicardias y otros desasosiegos. Creo incluso que estuvo asociado a algunas acciones de consecuencias muy liberadoras. Una conversión. El caso es que tenía que parar la lectura y dejarla para otro momento en que no fuese necesaria la concentración posterior para alguna tarea. Es una obviedad y de sobras sabido que cualquier cosa que diga Manuel Cruz a estas alturas de la película filosófica será deudora de los grandes filósofos que le precedieron, lo mismo que mis humildes entendederas, pero a mí, por lo que quiera que sea, una conmoción como la que sentí al leer este libro, no me la había producido antes nada ( si acaso el amor) por grande que hubiera sido el deleite e incluso mayor su aportación: los cimientos son lo fundamental, el adorno con que coronamos la construcción quizás solo sea imagen de la satisfacción. Pero ya sabemos, hay un tiempo para sembrar y otro para cosechar.

"Importa enfatizar especialmente ahora cómo el sujeto es un ser excedido por las fuerzas que le atraviesan. ... A lo que se pretende ir a parar es a que en el sujeto existe una profunda tensión esencial que queda muy pálidamente reflejada en los fines concretos que se va proponiendo." " Nietzsche decía que "cada uno alcanza la verdad que es capaz de soportar", y Jaspers distinguía entre verdad científica, que es demotrable, ahístórica y universal, y verdad filosófica, cuyo sentido es el de ser la verdad de la existencia de quien la profesa y la propone al mundo; es una verdad cuya fuerza emana del testimonio de quien la defiende. Algo parecido a esto último propongo recoger, bajo el rótulo veracidad." Sigue...



Estoy segura de que es fácil que algo o mucho de mí reconozcais en el documento de Manuel Cruz si lo leeis, vosotros que sois esos "otros" que configurais mi identidad ( como lo ha sido el filósofo) porque escuchais mi "relato", sois cómplices de mi "memoria", y alimentais mi "deseo". Vuelvo al principio, la calidad de una vida depende de la calidad del que nos escucha el relato, y de ninguna cosa más... ni menos. Continuará... Esdedesear.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Agradecimiento a Lévi-Strauss

Como sabeis uno de estos días ha muerto el antropólogo Claude Lévi-Strauss. Era una de esas figuras extraordinarias y admirables por su trascendente aportación a la crítica de la cultura. Para mi ha sido fundamental, para mi concepción del mundo, del ser de lenguaje, pero lo que haya sido para mí poco importa, lo verdaderamente importante es lo que ha legado a la posteridad: conocimientos útiles. Mi enorme agradecimiento. Hasta siempre. Esdedesear



YouTube - Entrevista con Claude Lévi-Strauss (1972) 1/6

viernes, 6 de noviembre de 2009

Subordinaciones

Normalmente, los profanos, los aficionados, en nuestro afán de hacer inteligibles nuestras intuiciones buscamos las referencias admirables de aquellos en los que confiamos para que nos cedan sus justas palabras y así conseguimos enriquecer nuestro escaso bagaje con sus sabias reflexiones. Esa hermenéutica desmitificadora va estableciendo un diálogo espiritual entre el lector y el autor elegido, con un dinamismo tal que, en ocasiones, llega a sorprenderte. Me ha ocurrido muchas veces, supongo que a vosotros también, que divagando sobre ésta o aquella cuestión, viene a presentárseme una obra, una anécdota, un artículo, que coincide exactamente con el supuesto de ese diálogo interior y así lo amplia, prolongando una placentera conversación. Lo que, en principio me sorprendía, ahora empieza a parecerme más normal, siento que estoy en el camino adecuado y junto a mí caminan los míos. aquellos en los que me apoyo y reconforto.

Después de publicar mi última entrada "La verdad en el mar sin orilla" me encontré leyendo esta otra del blog de Victor Gómez Pin, que a continuación os transcribo. A partir de este momento la mía puede ser olvidada, si acaso solo tenida en cuenta como pregunta. Esdedesear


De la publicación en El Boomerang, el 4/11/2009




LA IMPOSTURA

«Tout droit dans son armure, un grand homme de pierre/Se tenait à la barre et coupait le flot noir,/ Mais le calme héros, courbé sur sa rapière,/Regardait le sillage et ne daignait rien voir. ( En su armadura rígido, un gigante de piedra/ la nave timoneaba y hendía la onda negra./ Pero el héroe, impávido, apoyado en su estoque,/ la estela contemplaba sin dignarse a ver nada.)"
Charles Baudelaire, Don Juan aux enfers

Supongamos una persona entregada plenamente a una modalidad de vida espiritualmente exaltante, pero que no responde a principios convencionales. Alguien por ejemplo que apura las posibilidades de relacionarse erótica y afectivamente y que en su comportamiento social respeta máximas que son corolario de un sistema de valores no siempre coincidente con la ley general ( corolario, por ejemplo, de esa ley oscura que vincula a los miembros de un clan y a la cual este hombre se siente por origen adscrito). Supongamos asimismo que esta configuración de su vida supone exposición a algo tan elemental como la posibilidad de llegar en la más absoluta soledad a la hora de la muerte... y que sin embargo de manera alguna se haya dispuesto a asumir tal radical confrontación.
Como resultado de tal contradicción cabe que el hombre intente repudiar de su sentimiento y de su mente la consecuencia, es decir: sigue comportándose en conformidad a los principios que le han configurado (entrega a una vida de placer, o fidelidad a la norma de un clan)...negándose a toda lucidez sobre ese previsible momento en el que el precio- la soledad en la hora de la muerte- será reclamado. Pues bien:
Esta falta de adecuación, esta ausencia de entereza respecto a la necesidad de asumir las consecuencias del comportamiento efectivo, constituye en sí misma una infracción a la ética. Cabe al respecto formular una suerte de mandamiento, en el que hay como un rescoldo del kantiano imperativo categórico:
Ya que no estás dispuesto a morir sólo, ajusta tu comportamiento exclusivamente a aquello que no pueda facilitar el que te encuentres en soledad ante la muerte. Tal subordinación puede ser muy penosa para la consecución del placer, e incluso penosa para la dignidad de la propia imagen. Puede suponer, por ejemplo, que no haya vinculación en función de la intensidad de la afección o del deseo, sino del grado de conveniencia (tras el cristiano amor de los esposos se esconde muy a menudo esta esencial evitación del riesgo); puede suponer asimismo el repudio de lazos de clan vivido por el propio protagonista como una traición.
Sin duda tras el "amor del hombre por la naturaleza, por su familia, por su patria" que suponía para Hegel una suerte de presencia trascendente en la cotidianidad ( "inmanencia de lo infinito en lo finito" le llama), tras la lírica del "rodeado de su mujer y de sus hijos amigos y criados", hay mucho de esa cobardía disfrazada de prudencia que constituye un engrasador del comportamiento individual y colectivo. Pero nada sin embargo tan penoso, y en algún registro nada tan abyecto como la impostura de un ser que juega de farol ante sí mismo, que usurpa la función de liberado de la sumisión a conveniencias. ¿Cabe imaginar a Don Giovanni, huir despavorido, o aceptar arrepentirse, cuando el Comendador le tiende su mano de piedra?

Don Juan aux enfers

Quand Don Juan descendit vers l'onde souterraine
Et lorsqu'il eut donné son obole à Charon,
Un sombre mendiant, l'oeil fier comme Antisthène,
D'un bras vengeur et fort saisit chaque aviron.
Montrant leurs seins pendants et leurs robes ouvertes,
Des femmes se tordaient sous le noir firmament,
Et, comme un grand troupeau de victimes offertes,
Derrière lui traînaient un long mugissement.
Sganarelle en riant lui réclamait ses gages,
Tandis que Don Luis avec un doigt tremblant
Montrait à tous les morts errant sur les rivages
Le fils audacieux qui railla son front blanc.
Frissonnant sous son deuil, la chaste et maigre Elvire,
Près de l'époux perfide et qui fut son amant,
Semblait lui réclamer un suprême sourire
Où brillât la douceur de son premier serment.
Tout droit dans son armure, un grand homme de pierre
Se tenait à la barre et coupait le flot noir,
Mais le calme héros, courbé sur sa rapière,
Regardait le sillage et ne daignait rien voir.

Don Juan en los Infiernos

Cuando pasó Don Juan las aguas subterráneas/ y a Caronte pagó el obligado óbolo,/ una sombra mendiga, ojos fieros de Antístenes,/ con brazos vengativos empuñó los dos remos./ Mostrándole sus senos pendientes, sus vestidos/ abiertos, mujeres agitadas en negro firmamento/ como una gran manada de ofrecidas víctimas/ con un largo mugido detrás de él arrrastrábanse./ Sganarelle riéndose le reclamaba el pago,/ en tanto que Don Luis con un trémulo dedo/ mostraba a todo muerto que erraba en la ribera/ aquel cínico hijo que burlara sus canas./ Tiritando en su luto, la casta y magra Elvira,/ tan cerca de ese pérfido que fuera esposo, amante,/ aún le reclamaba la suprema sonrisa/donde brillara, dulce, la promesa lejana./ En su armadura rígido, un gigante de piedra/ la nave timoneaba y hendía la onda negra./ Pero el héroe, impávido, apoyado en su estoque,/ la estela contemplaba sin dignarse a ver nada. (Traducción de Juan Carlos Sánchez Sottosanto)

lunes, 2 de noviembre de 2009

La verdad en el mar sin orilla.


"Esta mortal e intolerable verdad: que todo pensamiento profundo y severo no es sino el intrépido esfuerzo del alma por mantener la abierta independencia de su propio mar, mientras que los más furiosos vientos del cielo y de la tierra conspiran por arrastrarla hacia la orilla traidora y servil.

Pero solo en la soledad del mar sin orilla, reside la verdad más alta, tan inacotada e indefinida como el propio Hacedor: antes perecer en esta infinitud que ser arrastrado sin gloria a sotavento, incluso aunque la salvación resida en ello. Pues ¿quién quisiera, como un gusano, arrastrarse cobardemente hacia la tierra?

De "Mobby Dick", por Joseph Conrad.



Llevo un rato delante de la página intentando atacar las teclas del ordenador y, ciertamente, no sé que poner, aunque si sé lo que quiero deciros. Y no sé qué poner porque lo que quiero deciros ya está bellísimamente expresado en este fragmento de Conrad, así que no me queda más remedio que repetirlo: que mantener la independencia del propio mar exige un intrépido esfuerzo del alma, pues eso. Que las orillas, que los puertos, son las más de las veces cobardes refugios donde nos protegemos de los embates de los furiosos vientos, incluso de los no tan furiosos, pues eso. Que el espíritu, sometido ya ante la imagen de su propia traición claudica embotado y servil, pues eso. Porque solo en la soledad del mar sin orilla reside la verdad más alta. Pues eso.


Y si alguna orilla buscamos que sea la de la verdad propia que no puede consistir en otra cosa que en romper los barrotes visibles o invisibles que hipotecan nuestra libertad. "La ontología crítica de nosotros mismos debe de ser entendida no como teoría, ni como doctrina, ni tampoco como un cuerpo de conocimientos durables que va en aumento; debe ser concebida como una actitud, un ethos, una vida filosófica en la que la crítica de lo que somos sea al mismo tiempo análisis histórico de los límites que se nos imponen, y experimentación de la posibilidad de transgredirlos. " Este era el reto del filósofo Michel Foucault: no consiste tanto en intentar liberar al individuo del Estado, y de sus instituciones, cuanto liberanos a nosotros mismos del Estado y del tipo de individualización que este conlleva. Hemos de promover nuevas formas de subjetividad que se enfrenten y opongan al tipo de individualidad que nos ha sido impuesta durante muchos siglos."


Nos sentimos arrastrados por las fuerzas irracionales de nuestra vida social, que estimamos y desestimamos casi al unísono, y nadamos, las más de las veces a contracorriente, sin saber muy bien a qué puerto nos dirigimos, repitiendo destinos que entre la bruma marina concebimos como abrigos más seguros de lo que finalmente se nos demuestran. Esas fuerzas irracionales están íntimamente ligadas a poderes institucionalizados, socialmente aceptados y acatados, cuya genealogía desconocemos y que se nos presentan como una maraña insuperable. Siempre digo que lo importante es encontrar el cabo de lana con el que empezar a deshacer la madeja, un instrumento para mí imprescindible son los análisis sociológicos, en ese sentido, de pensadores como Nietzsche, Marcuse o Foucault, éste último autor de esta obra "Hermenéutica del sujeto", que ha sido y es fundamental en mi vida y del que os hablo muchas veces. Es un libro pequeño y de fácil lectura, pero de pensamiento profundo y severo que puede ayudarnos a luchar por la independencia del propio mar", con una estupenda introducción además de Fernando Álvarez-Uría. Esdedesear.