
Era "lindo" pensar que Benedetti existía. Todos sus poemas me gustan, me pasa igual con Serrat, todas sus canciones me gustan. Así que le agradezco que haya versionado algunos de sus poemas en ese maravilloso disco que es "El sur también existe" y que estos días no ceso de escuchar. Me gustan todos y cada uno, por la indiscutible fuerza de sus mensajes, por la profunda emoción de las imágenes que revela, y cuando pensé en cuál pondría aquí para decirle que le recordaré siempre, quise escoger éste, vaya usted a saber por qué. Siempre me pareció que describía genialmente una situación puntual, tan efímera que es difícil reparar en ella y sin embargo da cuenta de uno de los momentos más auténticos de la vida de una pareja humana. De entre sus versos aprendí esta máxima "es bravo decir algo que realmente no sobre", que trato de recordar para aplicarla mucho.
Los formales y el frío
Quién iba a prever que el amor ese informal
se dedicara a ellos tan formales
mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa la de ella
era como un augurio o una fábula
su mirada la de él tomaba nota
de cómo eran sus ojos los de ella
pero sus palabras las de él
no se enteraban de esa dulce encuesta
como siempre o como casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche
y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor
cuando llegaron a su casa la de ella
ya el frío estaba en sus labios los de él
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos
una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre
él probó sólo faltaba que me quede a dormir
y ella probó porqué no te quedás
y él no me lo digas dos veces
y ella bueno porqué no te quedás
de manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies fríos
los de ella después ella
besó sus labios los de él
que a esa altura ya no estaban tan fríos
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.