“Consecuencias del profundo cambio en el yo moderno: La objetivación y el desencantamiento, al privar al mundo de subjetividad, de su capacidad para la significación intencional, realzan radicalmente el sentido de libertad y de subjetividad autónoma del yo humano, su convicción subyacente de que puede moldear y determinar su propia existencia. Al mismo tiempo, el desencantamiento estimula la capacidad humana de ver el mundo natural como materia maleable y recurso a explotar en beneficio propio. ....”
De “Cosmos y Psique”. Richard Tarnas
Richard Tarnas, profesor de Filosofía y Psicología en el Institute of Integral Studies de California, al que leo actualmente, ha escrito un voluminoso libro que recoge sus investigaciones de los últimos veinte años que se llama Cosmos y Psique. Se puede deducir, ya del título, que en él trata de integrar epistemología y cosmología, en la linea de los antiguos filósofos y científicos, abandonada con el nacimiento de la ciencia moderna. Ciencia que finalmente no parece poder explicar, como pretendía, a través del primado de la razón, los interrogantes esenciales que se plantea el hombre y que continuan invariables a través de los siglos. Mientras tanto el sujeto moderno ha ido engordando su "yo", cargándolo de responsabilidades y culpas a medida que la confianza en la "razón humana" se llenaba de expectativas pero también de decepciones acerca de sus posibilidades reales. Pero estas no resultaron tan reales y ahora no cabe demandar al maestro armero. Solo cabe, como siempre, tratar de comprender. Tarnas ayuda en ese sentido y pretende explicar que, a lo mejor, esa naturaleza que consideramos inerte, ese universo, ese cosmos, que parece estar ahí solamente para que los contemplemos o lo utilicemos, puede tener estrechas e íntimas relaciones con nuestras propias energías y por lo tanto, nuestros deseos y comportamientos, que a veces nos resultan inexplicables a nosotros mismos. Recuperar l a antigua relación macrocosmos-microcosmos puede darnos un respiro. Esdedesear que así sea.
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