martes, 18 de noviembre de 2008

Día Mundial de la Filosofía

"Bajo qué figura de pensamiento se han dado cita en la Antigüedad Occidental el sujeto y la verdad? Existe un concepto central que permite abordar esta cuestión el concepto de épimeléia/cura sui, que significa el cuidado de uno mismo. Esta cuestión del sujeto, y del conocimiento de sujeto, ha sido planteada hasta la actualidad de otra forma, bajo la fórmula del Oráculo de Delfos: conócete a ti mismo. Pero en realidad esta fórmula del conócete a ti mismo va acompañada siempre de otra exigencia: ocúpate de ti mismo"
De Hermenéutica del Sujeto. Michel Foucault.

Supongo que el hecho de que se celebren días mundiales de esto y aquello viene bien para que muchas personas en el mundo hablen de una misma cosa. Así que yo también voy a aprovechar la ocasión y voy a hacerlo tratando la filosofía desde un punto de vista que se aleje de ese prisma de oscuridad cansina rayana con el aburrimiento con que se la suele mirar, que sin embargo no le hizo perder, en siglos, ni un ápice de ese halo de admiración y respeto por los que la practican. Porque la filosofía es una práctica, es una exigencia del "ocúpate de ti mismo", la cura sui, el "atrévete a pensar" de Kant, como una actitud general, una forma de enfrentarse al mundo, de comportarse y establecer relaciones con los otros pero también de mirar hacia sí mismo, vigilando lo que uno piensa y de llevar a cabo las transformaciones necesarias para acceder a la verdad, que es la meta. Este ocuparse de uno mismo tuvo un significado positivo desde la antigüedad: Sócrates preguntaba por la calle ¿te ocupas de ti mismo?, a los jóvenes, y constituyó la base de los sistemas morales, pero en un determinado momento esta preocupación por uno mismo comenzó a tener connotaciones negativas. Según Foucault, empezó a aparecer como algo melancólico. Primero el cristianismo, (que precisamente llama "cura" a un guía espiritual) dotó al cuidado de uno mismo de una carga de egoísmo y por consiguiente hizo imperar la ética del no-egoísmo, de la renuncia a la esforzada mirada interior (ya miro yo por ti) así que no teniendo información tiramos por el único camino posible: opinar sobre lo que no sabemos según lo que opinan otros qué somos (moral cristiana) Otra aportación definitiva a ese alejamiento paulatino de sujeto y verdad, la hizo el cartesianismo, sentenciando que la única forma de acceso a la verdad era a través del conocimiento , así que desde la modernidad nos vemos obligados a desentrañar una acumulación de saber tal para cualquier cosa que nos hace sentir impotentes y huimos con cualquier disculpa. "Yo no quiero rallarme", decimos. "No están maduras", decía la zorra por no tener que subir a buscar las uvas. Pero ¿existe una forma fácil de acceso a la verdad? Si, y la contaré tal como a mí me la enseñó Foucault entre otros. Porque es de desear la filosofía.

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